Nostalgia

Doctor Arturo Mora Alva, investigador, escritor, académico y columnista Platino News

“El recuerdo de las cosas del pasado no necesariamente es el recuerdo de las cosas como en realidad sucedieron” –Marcel Proust

“Ninguna nostalgia se siente tan fuerte como la nostalgia por las cosas que nunca existieron”Rabih Alameddine-

“Crecemos con sueños en nuestros ojos y canciones en nuestros labios, y descubrimos luego que la vida no es lo que pensábamos que sería. Y luego, descubrimos la nostalgia” –Gabriel García Márquez

“La nostalgia, más que nada, nos da el estremecimiento de nuestra propia imperfección”Emil Cioran-

Nostalgia (del griego clásico νόστος [ nóstos ], «regreso», y ἄλγος [ álgos ], «dolor») [. 1.] es un sentimiento de tristeza mezclado con placer y afecto cuando piensas en tiempos felices en el pasado. [. 2.], también descrita como un sentimiento de anhelo por un momento, situación o acontecimiento pasado.

Nada tan humano como la nostalgia. En estos tiempos de prisas inventadas, en donde pasar la hoja es querer olvidar lo leído, nos enfrentamos al reto de reconocer nuestros sentimientos desde las emociones que se suscitan al sentir la vida como un todo, y que nos llevan a lugares de la memoria que reclama su lugar en el aquí y ahora de nuestra existencia.

Una sociedad de lo instantáneo en todo, busca hacernos creer que el pasado no sirve de nada, que solo lo nuevo, lo más reciente, lo inmediato y lo que vendrá es lo único que cuenta, y de ahí la sociedad que desecha todo lo bueno, pero también quiere desechar los tropiezos, las fallas, los fracasos y mandarlos a la basura, sin que nos demos tiempo de reflexionar qué paso, porqué sucedió tal o cual cosa, que aprendí de lo vivido.

Una vida que lleva un frenesí que cuenta los minutos y que quiere todo más grande, más rápido, más eficaz, y al mismo tiempo instala la obsolescencia programada como el nuevo mandato que hay que asumir, reparar cosas es contracultural, buscar usos nuevos a las cosas que dejan de funcionar o que cumplen su propósito, desde empaques hasta relojes, celulares, computadoras, es más fácil tirar que comprar, aunque quedemos endeudados.

La sociedad de mercado ha creado un mundo artificial en donde tener es ser y en donde la nueva regla social es ser únicamente un buen y disciplinado consumidor. Hoy hasta la ciudadanía es presa del consumo, protestar implica gastar, exigir implica invertir, demandar derechos cuesta y a veces cuesta la vida.

Sentimos nostalgia por muchas cosas que ya no están en nuestras vidas. Nostalgia por momentos que deseamos recordar con exactitud. Nostalgia por sentir lo que algún momento de la vida lo nos hizo sentirnos orgullosos y contentos de nosotros. Nostalgia por amigos, amigas, padres y madres, hermanos, hermanas, hijos e hijas que ya no están y que los recordamos con la ambivalencia propia de la nostalgia, dolor y alegría que se empalma con placer y tristeza. Nostalgia de lugares y experiencias de vida. Nostalgia por cosas que tuvimos en las manos y que no sabemos en dónde quedaron.

Nada como la memoria, que es selectiva, que juega con el olvido y el recuerdo de forma caprichosa. Nada como la consciencia y los mecanismos del inconsciente que hacen de las suyas para jugarnos buenas tretas que nos meten en algunos buenos líos y en nos llevan a conductas que nosotros muchas veces no entendemos de nosotros mismos y en donde se anclan los síntomas y los traumas con los enfrentamos la vida.

Una memoria que hace un juego con el tiempo dentro de nosotros, memoria que se hace pensamiento, a veces nos lleva a fantasía y que usa la nostalgia para evocar en los sueños y en la ensoñación misma, aquello que ya no es, de lo que ya no fue y que martiriza a quien cae preso de la nostalgia. Antes se pensaba que la nostalgia era una enfermedad, hoy sabemos que es un sentimiento, muy complejo como todos los sentimientos.

La nostalgia también es experiencia de lo que somos y de lo hemos venido siendo. Hoy sentir nostalgia es contracultural, es un acto rebeldía y hasta revolucionario, en el contexto de una sociedad individualista, en donde el discurso del éxito personal pasa por el consumo eslóganes del tipo, “es tiempo de reinventarse”, “se trata de soltar, que nada te ate a tu pasado”, “el pasado es un lastre, vive el presente solamente” que se recitan como mantras y que junto a los cientos de libros de superación personal, que venden recetas insostenibles en los hechos, que ponen la trampa del “deber ser” como una “fórmula” para encontrar el éxito y la felicidad: “levántate temprano”, “haz ejercicio”, “come sanamente”, “lee más”, “no des importancia a la gente negativa”, “tú vas a conquistar el mundo”, “querer es poder”, “no hay nada que no puedas lograr” entre otros tantos mensajes, que se ponen fuera de contexto y que niegan una realidad estructural de la economía capitalista, que hace ricos a los que venden los libros y que mercantilizan los deseos y abusan de la buena fe de las personas.

Sentir nostalgia nos hace humanos, nos hace personas y nos puede llevar a un camino de conocimiento personal en la que evocar lo vivido, bueno y malo, nos permite tener criterios, permite dar sentido significado de las cosas y de los hechos, nos permite saber qué queremos, que deseamos, y no que queremos, a veces es mejor saber que no queremos con seguridad y dejar que la vida nos vaya mostrado en la misteriosa incertidumbre el abanico de posibilidades que la vida nos da para ser nosotros y encontrar lo que deseamos profundamente.

La nostalgia también nos pone el camino de la vida y no nos podemos quedar solamente en la nostalgia, porque no todo pasado fue mejor y porque la vida se teje con deseos y futuros, con decisiones que se toman dentro del océano de la incertidumbre que es la existencia.

Judi Dench 88 años actriz y escritora británica escribió y que nos invita a vivir como la persona que somos y vamos siendo:

“Contra la nostalgia”

Que no se te vuelva a olvidar, que te tienes a ti misma.

No debes en ningún caso, dejarte llevar por la nostalgia, aunque sea dulce y suave. Tampoco guardes pájaros muertos en los cajones.

Las caricias perdidas no existen, pero si existen las que están por venir, no debes llenar su espacio con plumas grises, podría ocurrir que alguna noche el viento volviera a cantar su nombre y pensaras que estas indefensa sin sus abrazos.

El viento no es de fiar porque cambia las cosas.

Solo cierra las ventanas y grita que eres fuerte y que el amor te abraza,

que el viento gira y baila y no tiene quien lo guarde, pero tú sí.

Que no se te vuelva a olvidar que te tienes a ti misma …, Y eso es más amor del que cabe en la caja de Pandora.