Ser un vejete

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Así, que se oiga despectivo, porque en realidad así es y a quienes se les dice o a quienes se refiere con este término causan repulsión.

De joven, seguido uno se burla de los viejos, por sus canas, por lo arrugado de su piel, porque no escucha o no ve bien, por su caminar lento, por no entender los avances tecnológicos, por infinidad de cosas.

Los adultos también seguido dicen, ya te verás así, seguro algún día serás un viejo y no querrás que los niños o los jóvenes se mofen de ti. Pero nadie experimenta en cabeza ajena.

Claro que hay que decirlo, hay que envejecer con dignidad, si bien hay una merma en las capacidades físicas e intelectuales, algunos más que otros, algunas más notables que otras, hay que conservar el orgullo y, como ya lo he dicho, envejecer con estilo; ese nunca se debe de perder.

Muchos creen que no se llegará el futuro, pero para muchos ese futuro ya es un presente, vivimos en una sociedad, en esta aldea global, cada vez más y más envejecida. Sabíamos de Europa, pero ahora tenemos a Asia, a América, todos los países han presentado una mayor “esperanza de vida” la cual en mucho de los casos no es una vida digna.

Las pensiones son tan escasas y limitadas, que no alcanzan a satisfacer dignamente las necesidades de los viejos y mes a mes sufren.

Pero la dignidad hay que conservarla toda la vida y a cualquier costo. Parte de eso es el arreglo personal, que puede ser muy sencillo, pero es determinante, tanto para las mujeres viejas como para los hombres viejos.

No se trata de quedar bien con nadie, ni ahora ni a lo largo de la vida, pues el desenlace es fatal. Hay que quedar bien con uno mismo. Hay que ser altivo, digno, ante uno mismo, no vivir para los demás, pues ya de viejo no se podrá vivir para sí y los demás, generalmente no se interesan en los viejos.

Hay que conservar la curiosidad, el interés, hay que emprender nuevas cosas, sin importar el desenlace, mismo que quizá no se podrá ver o lograr, eso no es determinante, lo sustancial es que el viejo se mantenga activo, tanto física como mentalmente.

Sí puedes seguir viendo al futuro, no importa que el desenlace de dicho futuro sea cada día más cercano.