Según datos del INEGI el 46% de la población económicamente activa es representada por veinteañeros y treintañeros, es decir, por los millennials esos que nacieron entre 1982 y el 2000 y que tienen actualmente entre 19 y 37 años.
Son aquellos que llegaron a la edad adulta con el cambio y de milenio, son miembros de la sociedad de la información y tienen una conexión total con la tecnología. Son creativos ya que tienen más desarrollado el hemisferio derecho y también son idealistas que buscan la felicidad.
Una de las principales preocupaciones que tienen los millennials es el saber conducir de manera positiva su imagen, reputación y por ende su futuro; saben interactuar con las marcas sobre todo con aquellas que son socialmente responsables.
Son socialmente activos y todo lo que realizan es a través de la tecnología, lo que genera un resultado interesante, ya que comunican rápido, se informan a través de varias fuentes y logran convocar movimientos en la inmediatez.
Los millennials para los políticos y los partidos en México han sido lo mismo que las redes sociales, discurso y moda; una generación con la cual buscaron interactuar pero no pudieron ya que analizaron el fondo de dicha generación y se fueron con lo que se decía en internet y en algunas ocasiones quisieron comportase como tales, teniendo resultados desastrosos.
Como ya lo mencione los millennials son idealistas, buscan la felicidad, se comprometen con causas sociales y son socialmente activos, estas características los vuelven entes interesados en la política y con un gran potencial para ser activos de la misma.
El mayor problema es que no se le ha tomado en cuenta, es decir, no se les ha invitado a participar de manera activa en las acciones de la política; aunado a un choque con la política retro, con políticos acartonados, con discursos obsoletos y mensajes falsos que siguen siendo los mismos desde hace 30 años.
Hoy los partidos políticos tienen una gran oportunidad al contar con una generación que busca cambiar, pero deben hacerlo más allá del discurso, con acciones y agendas donde los jóvenes se vuelvan activos y puedan marcar líneas de acción.
La falta de identidad con los líderes políticos actuales es por la falta de conexión tanto emocional como racional, generando una desilusión en los millennials que prefieren tener otro tipo de acciones que involucrarse en la política.
La primer labor es poder conectar con ellos a través de contenidos relevantes, impactantes, entretenidos, creíbles, comprensibles e interactivos que logren esa conexión emocional y racional.
La segunda labor. Ya no basta con solo contar historias para lograr identidad, es ahora necesario que fortalecer la autenticidad y transparencia para que los que transmitas sea parte de la historia de quienes te escuchan, es decir, poder llamar a la acción y tener resultados.
Para la elección del 1 de julio del 2018 los millennials representaban un 40% de la lista nominal; sus peticiones eran seguridad y lucha contra la corrupción y están tan conectados que tienen la capacidad de comunicación enorme y de detectar mentiras en un click.
Hoy los millenials ya gobiernan y representan (Alexandria Ocasio-Cortez, Sanna Marin, Camila Vallejo, Iñigo Errejón, Irene Montero, Jesse Klaver y algunos otros) en partes del hemisferio. En México se tiene que evolucionar y renovar la visión de comunicar y de hacer política, dando a los jóvenes la oportunidad con una verdadera renovación generacional que haga un parteaguas en la acción política.
