Universidades, fábricas de desempleados

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Estudia, para que seas alguien en la vida. Eso nos lo dijeron por años, pues había la esperanza de que al ir a la universidad tendríamos una mejora sustancial en nuestra vida.

Todas las profesiones se encuentran saturadas, más la tradicionalmente taquilleras: Abogados, médicos, ingenieros, contadores, psicólogos, maestros, arquitectos, nutriólogos, etc. nada se salva y cuando hablamos de que en algunas no hay tantos Profesionistas, tenemos que las oportunidades de trabajo bien remunerado son escasas.

Ingeniero en robótica, cierto, pero ¿Cuántas empresas hay que puedan contratar a las decenas y decenas de alumnos que están a punto de graduarse? Por eso digo que están saturadas.

Un profesionista recién egresado, gana menos de lo que le costaba mensualmente la universidad y si nos remitimos a las universidades caras de paga, tenemos que el salario que se ofrece es aún más desproporcionado.

Con los salarios ofertados a los Profesionistas, no se puede mantener a una familia, tener un coche, comprar una casa. Escasamente se pueden mantener solos, viviendo al amparo de grandes limitaciones.

Con estudio o sin estudio se es alguien, eso es cierto, pero la creencia idealizada de antes ha quedado muy lejos. Una profesión no basta para los logros económicos, factor en que se mide el éxito en nuestra sociedad.

Pero no hablemos de éxito económico, lo que se les ofrece a los jóvenes recién salidos de las universidades no cubre sus necesidades básicas, motivo por el cual terminan empleándose en trabajos muy ajenos a sus estudios universitarios, con salarios que en muchos de los casos no contemplan las mínimas prestaciones de ley.

Dicen que mal de muchos es consuelo de tontos, pero este fenómeno no es privativo de México, propiamente se está dando en todo el mundo, por lo cual he de insistir que las universidades son una gran fábrica de desempleados.

Seguramente nos tenemos que replantear este -y otros¬ esquema sociales. No sé que es lo que se requiere, pero si sé que es lo que no se requiere.

Algunos crecimos con muchas ilusiones y hoy en día, los jóvenes crecen en medio de incertidumbres. Hay que regrésales el gusto por la vida.