¿Un cronista en cada Facebook nos dio?

Juancarlos Porras y Manrique

León Guanajuato a 17 de Agosto.- Me comunica un promotor cultural, por llamada telefónica, el parecer de un reconocido investigador de la identidad leonesa que afirma “que la función del Archivo Histórico de León se ha desplazado a las redes sociales”, y, “se asoma un grupo de cronistas de la ciudad (…) que cobran un gran sentido dentro de las redes sociales digitales”.

Todo lo anterior, escucho la línea del estudioso, va en el sentido de la búsqueda de la identidad histórica forjada en siglos pasados. 

Y le menciono que Philip Pullman (2010) nos avisó ya, “que es importante percibir nuestra adscripción a algún lugar o algún grupo que de algún modo se nos asemeja”, ya que la libertad nos da sentido de pertenencia. 

Pero me increpa sobre la intromisión de los usuarios de Facebook para “promocionar” la ciudad desde sus redes sociales. 

¿Y qué piensas de los “nuevos cronistas”?

¡Cuáles! 

Los que cuentan sus historias desde su red social. 

Son de lo cotidiano: digitalmente correctos. 

Pero ellos sienten que hacen historia. 

Yo estoy seguro que sí hacen su propia historia, pero no: Historia. Tal vez se acerquen a la crónica personal. El rigor documenta, aún en la Crónica, está en otro lado. 

¿Son fuente a seguir?

No lo sé. Yo soy más de libros que de redes “sociales”. Pero, sí acudo a los repositorios institucionales digitales para sacar hebra de algún tema de interés histórico. Al Facebook y otros portales nunca acudo. 

¿Hoy cualquiera puede ser cronista? 

Pienso que sí. Pero si lo ves desde las instituciones es otro asunto. Es decir, el periodismo, la academia, los centros de investigación, la asociación de cronistas, el colegio de historiadores y hasta la ley orgánica municipal tienen reglas precisas y tradición que determinan quien es, y no, cronista o historiador: oficial o adjunto. 

Pero muchos leoneses les dan cabida a los cronistas del Facebook. Les creen todo. 

Allá ellos. 

¿Sientes que el Archivo Histórico Municipal está desplazado por los cronistas del Facebook?

No sé cómo leer eso. Lo único que se me ocurre es que desde 2015 la institución vino a menos con el desplazamiento del licenciado Carlos Arturo Navarro Valtierra y sus colaboradores. No tiene, digamos, vida académica. Y no hablo del consumo de historia anticuaria como nos han dado a conocer en las últimas publicaciones editadas, refritos donde abunda la hipocresía con temas religiosos sino también a la insolvencia de no convocar a los usuarios del archivo a reflexionar sobre la ciudad. 

Es una postura muy de aguafiestas. 

Más bien de liberación puesto que aludo a la historia científica, que es la única historia que tiene carta de legitimidad, a decir de Luis González y González. 

Entonces, ¿los cronistas no están en las redes sociales?

Los que guían, no. 

No confías en ellos. 

Tengo mis reservas. 

Pero llegaron para quedarse. 

Seguramente. Cabría preguntar entonces: ¿un cronista en cada Facebook nos dio? 

¿Sus historias son maestras de la vida?

Repito: hacer Historia, con “H” mayúscula, es otra cosa. La crónica también. 

―¿La ciudad necesita tener un cronista municipal? 

Por política cultural, sí. Pero también porque el leonés necesita tener historia y ser historia. Y un cronista bien puede armar las piezas de identidad. 

―¿No será mejor tener un consejo de la crónica? 

Es una figura interesante con otro principio ordenador. Habría que indagar los ánimos de muchos involucrados. Quiero decir, sus filias y sus fobias. Verificar los tiempos. Y echar mano de la ley. Pero, le voy más a la instalación de una “Cátedra de memoria y crónica leonesa”. 

―¿Te gustaría ser cronista?

En Facebook, no. En la esfera precisa, por supuesto.