Si no pueden, ¡Renuncien!

Maestra Katya Morales Prado, presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción en Guanajuato

“¡Si no pueden renuncien!”. Fue la frase lapidaria que hace ya varios años hizo famosa Alejandro Martí ante el dolor y la impotencia de haber perdido a su hijo frente a un grupo criminal.  No podían, pero no renunciaron, hoy siguen sin poder y tampoco renuncian.

En el sexenio de Calderón se emprendió una lucha sin conocer bien contra que se enfrentaba, no midió sus fuerzas, no trazó una estrategia completa y sumió al país por su imprudencia en una inseguridad tremenda sin control y así fue como México se volvió un territorio en guerra, sumamente peligroso, cada vez más militarizando.

La gente harta de tanta sangre votó por Peña Nieto, me tocó escuchar en aquellos tiempos como razonamiento de voto que “El PRI sí sabía pactar con el narco y que así los pondría en paz”. Peña no pudo con el narco, su estrategia fue controlar los noticieros, para que pareciera que estábamos mejor. Estrategia anacrónica pues no era ya sencillo callar las redes sociales que reportaban cada minuto las barbaridades de la inseguridad y las hazañas del crimen organizado, aunque los noticieros callaran.

Con AMLO llegamos vía el hartazgo, todo México estaba harto de la guerra contra el narco de Calderón y de la corrupción de Peña Nieto, estaba harto de la inseguridad, harto de la desigualdad, harto del mal gobierno y se fue con la finta de quien prometía arreglar todo en minutos. Por ilógico que pareciera, el imaginario mexicano tan necesitado de milagros tipo la rosa de Guadalupe le creyó en masa y lo pusieron en el poder con un respaldo democrático absoluto en número de votos y en manejo de las cámaras a su servicio. Su estrategia fueron los abrazos, el control de noticias en redes, negarlo todo en la mañanera hasta llegar a lo que propuso esta semana consistente en no escuchar noticieros en la radio, mejor pura música para que no oigan las noticias de la inseguridad. El presidente más poderoso que ha tenido México en mucho tiempo, ni con todo ese poder ha podido disminuir la inseguridad.

No está nada fácil atajar la inseguridad, considero sería necesario:

1.- Hacer reformas legales que permitieran una mayor coordinación interestatal y la intervención total de las fuerzas de todos los niveles de gobierno en el combate a estos delitos.

2.- Reducir la participación del ejercito a las funciones mínimas y crear bandos de policía y buen gobierno a través de células básicas, donde la gente conoce a su policía, interactúa con ellos y puede exigir y colaborar directamente.

3.- Que los gobernantes dejen de tener adversarios y se den cuenta que están ahí para gobernar no para ganar votos para sus partidos.

Ni la guerra frontal de Calderón, ni el disimulo de Peña, ni los abrazos y no balazos y la negativa reiterada de la realidad de los actuales han funcionado, cada vez vamos peor.

Los anteriores no pudieron y no renunciaron los presentes no pueden y no renuncian, ojalá que los que vengan si puedan y sobre todo entiendan que México sigue siendo territorio de guerra, que es cada vez más corrupto y que negar un problema no lo elimina por el contrario lo hace cada vez más grande y fuerte.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España, cursando actualmente Doctorado en Derecho.