¿Quién tomó la foto de Ovidio?

Ovidio Guzmán López.

Eran casi las 2:45 -hora local- de la tarde cuando una patrulla de federales circulaba en el fraccionamiento Tres Ríos. Tenían ya una orden de captura con fines de extradición contra el objetivo que seguían: Ovidio Guzmán López, alias El Ratón.

De las múltiples versiones que se han dado a conocer, una de ellas, la que más se repite, es que los federales habrían ingresado a un domicilio donde se encontraban tres personas, una de ellas, Ovidio. Bastaron 15 minutos para que las fuerzas del Chapo se organizaran, a la federación le llevó más tiempo.

Durante la retención -legalmente no era una detención porque falló un trámite burocrático dijo el Secretario de Gobernación Alfonso Durazo- hubo negociación. Alguien tomó tres de fotografías al heredero del Cártel del Golfo que, como polvorín, circularon por las redes sociales.

Un joven con barba de tres días, con cabello enmarañado y dos escapularios, en una de ellas lleva una gorra negra. Por fin se sabía que él era uno de los descendientes de Joaquín Guzmán Loera, por fin, se tenía una media filiación actualizada de Ovidio Guzmán López. La foto, sin duda, la tomo un elemento federal dentro de su domicilio. Ya estaba en posesión del Estado, hasta una mano se ve que le sostenía del brazo, en señal de captura.

La fotografía fue solicitada en la Ciudad de México en medio de la balacera. A través de Twitter, Facebook y WhatsApp los ciudadanos documentaron los momentos que paralizaron sus vidas ese 17 de octubre.

Comenzaron horas de pánico. Rumores sobre la detención de Iván Archivaldo, el secuestro de algún otro familiar de Joaquín “El Chapo” Guzmán generaron que las redes llevaran mensajes de confusión.

Ovidio, quien por cierto está acusado en Estados Unidos de traficar cocaína, metanfetaminas y mariguana, se ve en otra foto con el rostro retador. Viendo en todo tiempo al celular donde se tomaban las evidencias. No se le ve apanicado -según dicen los expertos que el miedo se ve en la expansión de las fosas nasales- se ve tranquilo, con una mueca que parece sonrisa.

Horas pasaron y, cerca de las 4:30 de la tarde -hora local- se pidió abortar el operativo donde se actuó de manera precipitada y con deficiente planeación -dijo el titular de la Secretaría de la Defensa Luis Crescencio Sandoval-  y retirarse del inmueble donde estaban los efectivos federales.

Para entonces, el Cártel del Golfo ya tenía tomado el control y bajo amenaza a la sociedad.

¿Qué habría sentido aquel efectivo que tomó las fotos de Ovidio, a quien vio a los ojos y de quien supuso su captura?

Luego llegaron las explicaciones, las excusas y disculpas, las culpas entre el mismo gabinete de seguridad que acusaban a la burocracia y a la operatividad. Se hizo evidente la ruptura entre el Secretario de la Defensa Nacional y el Secretario de Seguridad Pública.

Sin embargo, después de las versiones encontradas, solo hay dos verdades: una que Ovidio está libre, la otra que, el efectivo que tomó la fotografía para actualizar la media filiación de uno de los objetivos más buscados, quizá tenga sentimientos encontrados.