¿Otra vez el contribuyente?

Jorge Marcelino Trejo Ortiz
Maestro Jorge Marcelino Trejo Ortiz, presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato

En la Ley del Presupuesto General de Egresos del Estado de Guanajuato para el Ejercicio Fiscal 2020 queda claro que la fuente primigenia para el combustible con el cual operarán los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y los organismos autónomos, seremos usted y yo.

Esa relación, en la iniciativa privada, es un asociacionismo y, cuando el inversionista aporta el recurso, tiene más derecho que quien administra los dineros. Es decir, quien corre el riesgo es quien aporta el capital.

Para el 2020 el gobierno estatal pretende ejercer 87 mil 300.8 millones de pesos que, comparado con el actual ejercicio de 83 mil 415 millones 643 pesos, representa un incremento de 3 mil 885 millones de pesos en cifras cerradas.

La Ley del Presupuesto establece que una gran parte de los fondos para la operación pública, saldrán este año de impuestos por hospedaje, expedición de facturas o recibos de honorarios de emprendedores -impuesto a personas físicas que realicen actividades empresariales-, venta y renta de bienes inmuebles y hasta de la venta de bebidas alcohólicas.

Justo esos sectores, son los que tienen un boom en Guanajuato. El emprendurismo, turismo y desarrollo de bebidas como mezcal, cerveza artesanal, vinos y tequila, son lo que anteriormente se llamó “la gallina de los huevos de oro” porque representaron esa válvula de escape que amortiguó la presión económica en Guanajuato. Hoy se vuelve a apretar. Queda claro, que son contribuyentes cautivos.

Es justo que los beneficios lleguen a quienes menos tienen. Pero ¿Sabía usted estimado lector que para este año se destinarán 10 millones de pesos para pagar el aguinaldo a los 36 diputados de Guanajuato? Casi 300 mil pesos a cada uno.

Mes a mes, un coordinador de área ya sea en el poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial tiene un salario bruto de 62 mil 350 pesos más una prima vacacional de 10 días así como 45 días de aguilando por año.

Aunado a ello, hay prestaciones de vehículo, cuyo mantenimiento es pagado con recursos públicos, así como los combustibles y, en ocasiones, el peaje y viáticos.

Sin duda que profesionistas, prestadores de servicios, emprendedores, estamos dispuestos a contribuir por el desarrollo de nuestro estado y, la prueba está en que pagaremos más impuestos. Pero se debe revisar la manera de cómo se ejerce el presupuesto. Una burocracia intermedia dorada ya no es posible en este tiempo.

Hasta el momento, no ha quedado claro en la Ley del Presupuesto 2020 para Guanajuato es cómo se pondrá freno a los privilegios que tienen Secretarios, Subsecretarios, Coordinadores, Directores de área de los tres poderes de gobierno porque, a decir verdad, no basta con congelar los salarios.

No vimos, por ejemplo, cómo es que harán para evitar una lesión a los emprendedores: diseñadores, abogados, profesores, mecánicos, carpinteros y demás que expiden facturas como personas físicas con actividades empresariales, no vean afectados sus ingresos al apretarse ellos sí, el cinturón.

No es que el turista pagará el 2 por ciento de impuesto adicional por hospedaje, la realidad es que se visitará menos al estado y, quizá con ello, vendrán recortes en el personal. No es que se los impuestos sean deducibles y que se puedan quedar en Guanajuato, es ver cómo una estrategia integral de ahorros, en las que todos contribuyamos, pueda ayudar a la economía del estado.

Son casi 3 mil millones de pesos que, dice el gobernador, no llegarán a Guanajuato de partidas federales y considera que pudiera ser un castigo. ¿Ese recurso habrá de salir de los contribuyentes?

Es momento que también se presente, de cara a la ciudadanía, un verdadero plan de austeridad de parte del gobierno, sin tocar lo más sensible: salud, educación, seguridad y programas prioritarios.