Nada pendiente

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, eso nos decían nuestros padres, pero hay que ser más enfáticos: no dejes para mañana lo que tienes que hacer hoy.

Hace tiempo leí que en general el europeo, cuando tiene una tarea que realizar y la tiene que entregar en 30 días, la realiza los primero diez o quince días, para poder descansar después, pero que el latino en general descansa los primero veinte o veinte cinco días y los últimos se estresa, se devela y… sorpresa, el ultimo día, ya en la mañana, a horas de entregar la tarea… falla la impresora, pues, se dice, este artefacto parece que detecta las prisas, el estrés y falla.

Cuando nos maravillamos de cosas que hoy funcionan en otros países parece que no tomamos en cuenta que un día iniciaron de cero. Dinamarca en los setenta y los ochenta tenía severos problemas de tráfico de vehículos por las calles, los pocos que usaban bicicleta se veían fuertemente amenazados por los coches y claro que no existían carriles especiales para los ciclistas.

Hoy en día, está lleno de ciclistas, que respetan las normas, que siguen un orden y han cambiado el automóvil por la bicicleta. Pero ha sido todo un proceso, de cambio de paradigmas, de adoptar nuevas costumbres.

Trasladándonos a México, tenemos que iniciar de cero en muchas áreas, pero se podrá lograr con el pasar de los años. Se tiene que empezar por una buena disposición personal, en primer lugar, acompañada, aunque a algunos no les parezca, de sanciones a los que no cumplan la norma.

La gente se preocupa por las multas “exageradas” o por las sanciones desproporcionadas, en lugar de preocuparse por hacer, no todo, pero sí lo necesario para que mejoren las cosas. Tanto en lo personal, como en lo social, en los entornos en que cotidianamente nos desenvolvemos, como la familia, la escuela, el trabajo.

No necesariamente el gobierno es el culpable de todo, pero es muy cómodo echarle la culpa a los demás de nuestros infortunios, de las desazones que hay en la cotidianeidad, de las cosas que no funcionan, pero es importante hacer un acto de reflexión y ver qué tanto de nosotros puede mejorar para que las cosas se recompongan.

Habrá que ponderar más la consciencia de clase, que nos interesemos por más cosas, no solamente por lo que directamente nos afecta o nos beneficia, teniendo una visión más extensa que abarque más que nuestro entorno, esto es, consciencia social extensa.