La nueva transición de régimen

Carlos Díaz Ábrego
Doctor Carlos Díaz Ábrego, analista Platino

El cambio de régimen es un fenómeno frecuente y de gran relevancia que puede afectar a todos los sistemas políticos.  ¡Sí, frecuente! Si recordamos y analizamos por ejemplo, los sucesos en Portugal (1974-76), en España (1976-77), en Grecia (1974-75), en Irán (1979); y si consideramos los países africanos que han alcanzado la independencia entre los años cincuenta y sesenta, vemos que en la mayoría de ellos ha habido uno o más cambios de régimen.

Es al mismo tiempo un fenómeno que, antes o después y en formas diversas, afecta a todos los sistemas políticos. Sería erróneo creer que algunos regímenes de Europa del Norte o los Estados Unidos de América son excepciones relevantes a este respecto. Todos estos regímenes no han permanecido inalterados durante muchos, muchos años, ya que estos países se han transformado radical y completamente en el tiempo.

Todos estos regímenes han ido cambiando gradualmente sin las rupturas claras que se pueden indicar en los ejemplos mencionados anteriormente o en otros casos distintos. Como lo mencioné, es un fenómeno de gran relevancia, porque la transición de régimen concierne a las formas más diversas a toda la comunidad política, es decir, tiene repercusiones en los destinos y circunstancias  personales de millones de ciudadanos que forman parte del sistema político cuyo régimen cambia o es cambiado.

Por supuesto que México no es la excepción. Durante más de medio siglo  nuestro país vivió el famoso desarrollo estabilizador  de la mano de los gobiernos del PRI a cambio de que no cambiara nada en la esencia política y democrática de una ciudadanía débil que cada seis años se conformaba ver el cambio de rostro del partido en el poder, sin más cambio que el no cambio.

Y como señalaron muchos políticos de oposición que incluso llegaron a la presidencia de la república, México llegó tarde a la democracia y con ello la madurez de su pueblo tardaron en despertar y comprender la importancia de vivir en un orden democrático que forzosamente tenía que transitar por el cambio político para alcanzar el cambio de régimen que hasta ahora sigue pendiente.

Sólo hemos vivido la alternancia en nuestro país, pasando del histórico partido en el poder del PRI a dos gobiernos consecutivos del también histórico partido de oposición el PAN, al regreso del supuesto priísmo renovado y recargado de más vicios de siempre,  a transitar por primera vez en una patética opción “tropicalizada” de la izquierda mexicana con un líder de origen del PRI y reconvertido a una simulada izquierda de tránsfugas resentidos al PRD, hoy viviendo tiempos extras.

Como nunca en la historia política de México, el gradualismo  ha  alcanzado  a la ciudadanía al obtener hoy una madurez y capacidad propia de entendimiento, al ver que el país se muere lentamente ante un gobernante ignorante, demagogo y mentiroso que hunde y divide a la sociedad como nadie lo había hecho en la cima del poder , que le da la posibilidad de actuar y manipular a su antojo a los otros dos poderes y someter a los poderes fácticos del estado.

En 16 meses ha construido una cuasi dictadura perfecta donde le ha dado en la madre al país y al avance económico, social y político construido por todos los mexicanos aún con sus grandes deficiencias. La sociedad civil en su conjunto ha crecido enormemente aún dentro de su propia ignorancia. Nunca habíamos sabido tanto de nuestra ignorancia ni sobre la presión de actuar en medio del caos, el miedo y la inseguridad que genera el actual gobierno federal y sus instituciones.

La pandemia del COVID-19 ha venido a confirmar y evidenciar más aún la estupidez, arrogancia y prepotencia del presidente de nuestro país y de su gobierno. Gracias a cada mexicano aislado de manera individual se ha informado de los riesgos de la contingencia para luchar contra ella y ha encontrado en el autoaislamiento la variable más importante para sobrevivir de esta situación, al ver la precariedad de las políticas públicas del actual gobierno en el sistema de salud.

En esta crisis sin precedentes que vivimos todos los mexicanos sin distinción, vemos con profunda pena, tristeza y asombro vacilar una y otra vez a AMLO, basando su estrategia en el principio de que la fuerza del estado mexicano está en su historia para salvar la vida de sus ciudadanos sin tomar en cuenta las consecuencias de vida y económicas de millones de mexicanos que hoy muchos han perdido todo por culpa del presidente y su gobierno.

Es tiempo de dar el siguiente paso y actuar en consecuencia por una nueva transición de régimen empezando por el cambio del actual gobierno, organizándose activamente y salir a votar el próximo año por cualquier opción que no sea la del presidente, la de MORENA o algún socio político que se una a la causa del partido de AMLO. ¿No cree usted?

 

 

Carlos Díaz Ábrego
Mexicano, orgullosamente Guanajuatense y leones. Abogado egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM y Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Analista político!! Comprometido con mi país y con la sociedad.