La mejor profesión

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Por más que se hace la pregunta, por más que se investiga, por más que se delibera, no es sano una respuesta simplista, pues terminamos por no complacer a la mayoría.

Hay muchos métodos de orientación vocacional, algunos muy viejos, algunos inciertos, otros más certeros, pero no es una tarea fácil, aunque la mayoría opta por la aplicación de test psicológicos y la mayoría quiere respuestas fáciles.

La elección de carrera no se da en una etapa sencilla de la vida, pues es poco antes de terminar la preparatoria el adolescente está en plena crisis de identidad, por lo cual hoy quiere negro y mañana quiere blanco o toda la gama de colores no le basta ni le satisface para elegir.

Hay un método muy certero, que es el que yo recomiendo, pero requiere de mucho trabajo de papá, mamá y más trabajo y compromiso del joven para estar en un proceso largo y costoso psicoemocionalmente.

De entrada, tenemos que dejar bien en claro que no hay precisamente profesiones mejores o peores, depende de las aspiraciones sociales, personales, económicas, familiares de cada uno. Y si bien es una elección que generalmente se da de joven, yo sé de personas ya mayores que eligieron una carrera y la terminaron, por el puro gusto de estudiar, de realización y sé que hoy disfrutan de ese logro y lo que ha traído dicha meta.

Los jóvenes cada día quieren hacer menos esfuerzo, tener más dinero, comprometerse menos y las universidades, en general, han bajado la vara para que haya más ingresos de alumnos, menos deserciones y más titulados, importando poco el nivel académico de las y los alumnos.

Hay que definir lo que se quiere en la vida, lo que realmente te dará más satisfacciones, lo que te permitirá un cierto ingreso económico, lo cual varía de persona a persona, pues a todo mundo le sabe diferente el mismo fruto.

Pero hay que ser muy consciente de las capacidades, pues no todos somos buenos para todo y siendo realistas, por más que se entrene, pocos pueden correr los cien metros en diez segundos. No es cosa, como luego dicen, de echarle ganas, hay muchos y muchas que no podrán con las exigencias académicas, laborales y sociales de algunas carreras.

Hay que elegir con frialdad, con pasión, pero sobre todo con una decisión muy cerebral, no sacada del corazón sino de la cabeza y si nos equivocamos, seguro habrá tiempo de corregir. Recuerda, nada es para siempre.