Andrés Manuel López Obrador ha dedicado gran parte de su vida a luchar contra el poder, desde sus inicios en Tabasco hasta sus confrontaciones con Fox y su enemistad jurada con Calderón. Podemos observar que luchar contra el poder ha sido su motor, tanto así que no se ha terminado de dar cuenta que ahora él es el poder.
Es el hombre más poderoso de México, es el presidente de la República, tiene mayoría en el Congreso, mayoría de Gobernadores a su servicio, tiene 3 ministros de la Corte bajo su línea, los grandes empresarios se han acomodado en su estructura y sobre todo una gran cantidad de mexicanos que lo apoyan.
En México hoy no hay nadie más poderoso que él, pero eso lo desconcierta mucho, porque no sabe jugar de ese lado de la cancha, el necesita atacar el poder para construir su narrativa ganadora, en su discurso utiliza diversos personajes como malos poderosos, conservadores malvados que quieren retomar sus malvadas actividades para recobrar sus malvados privilegios.
Construye una figura presuntamente mala y poderosa a fin de lograr esa unidad contra el enemigo que siempre le ha funcionado, pero todos lo sabemos nadie tiene su tamaño de poder y eso es un hecho innegable.
Dentro de su manera de ejercer el poder hace uso de prácticas totalmente mafiosas como son: “El que no está conmigo está contra mi” ha olvidado que es el presidente de todos los mexicanos y se ha declarado y reconocido como adversario de sus propios ciudadanos; o el “Todo lo que hagan los míos está bien y todo lo que hagan los contrarios está mal”, hemos visto como el manto de impunidad presidencial arropa a tremendos corruptos que con el solo hecho de tener la gracia de López Obrador sus fechorías quedan para la anécdota y nada más y por el contrario los personajes antagónicos son atacados con toda la fuerza del estado, haciendo uso de recursos públicos sin presentar mayores pruebas ni argumentos, pero son los malos porque el presidente así lo decide y los necesita como tales.
Eso es mafia, estamos en una arena de pandillas en donde hay que acabar con la contraria al costo que sea y haciendo uso del poder, entonces tenemos frente a nosotros la real y auténtica “Mafia del Poder” operando desde la presidencia.
En su embestida contra Xóchitl ha recurrido a todo su poder de manera mafiosa, y sabíamos que esto iba a pasar, aquel que se animara a sacar la cabeza se la iban a tratar de cortar por todos los medios. Buscó desacreditar su origen étnico, buscó colocarla como marioneta de los empresarios, y ahora haciendo uso de información que debería estar protegida exhibe datos privados para buscar generar una opinión contraria odiándola por ser exitosa.
El INE lo mandó callar en sus mañaneras y revira diciendo que quiere derecho de réplica, no se ha dado cuenta que no somos iguales, él es el poder, no un operador electoral, debe mantenerse al margen y no meterse.
Estamos frente a una elección de estado, porque se están utilizando todos los recursos públicos para apoyar un partido y para hundir a la oposición.
Sí, tus impuestos y los míos en lugar de estar comprando medicinas y pavimentando calles están pagando espectaculares y moneros haciendo caricaturas que insten al odio y desprecio. Es una elección de estado porque el contrincante del lado oficial es el presidente de la república, no ninguna de sus corcholatas, quien está librando la batalla y alegando y denostando es el jefe del estado mexicano.
A AMLO le gusta más la campaña que el gobierno, eso se sabe bien y además se le da mejor, pero estaría bien que se dedicara a gobernar y dejara las elecciones correr sin meter la mano del gobierno.
Fue algo que él mismo, hace años, se cansó de pedir durante sus giras por todo el país, entonces cuando todavía combatía en lo que se convirtió, la mafia del poder.
