La innecesaria soberbia

Presidencia municipal de León. Foto: Karla Valeria

“Vanitas Vanitatum Omnia Vanitas”

La definición de soberbia generalmente más conocida es la “valoración de uno mismo por encima de las demás personas”, la soberbia es el más fuerte de los pecados capitales pues desencadenan otros a su vez; John Milton refería en su obra “el paraíso perdido” que lucifer comete este pecado al querer ser igual que Dios y Dante Alighieri le dedica el primero de sus círculos en su obra “La Divina Comedia”.

Muchas son las referencias en la literatura y la historia sobre la soberbia y sus trágicas consecuencias, pero para describirlas en la labor de un gobierno no existiría hoy mejor referente que lo que sucede en el Municipio de León, donde han confundido 4 años de gestión panista con una funesta Monarquía que replantearía la máxima de Luis XIV “El Estado Soy (somos) Yo (nosotros)”, bastaría con hacer un breve recuento de algunas acciones que los delatan:

1.- Nombramiento del Director de la Academia Metropolitana.-

Sin tomar en cuenta al Consejo Técnico que debió de haber aprobado el nombramiento el Secretario de Seguridad y Municipio de León dieron por hecho este nombramiento, seguros y vulnerando su proceso de designación.

2.- Nombramiento del Presidente del  Patronato de la Feria.-

Desplazando la naturaleza ciudadana del patronato y desoyendo la negativa de las cámaras empresariales que reclamaban la designación de un político caprichoso que abandona una curul federal para saciar su fantasía de dirigir la paramunicipal.

3.- Nombramiento del Presidente del Consejo de SAPAL.-

Postulado por la Universidad Tecnológica de León en una evidente simulación se designó al hasta entonces dirigente de la Coparmex como presidente del consejo de esta paramunicipal, al poco tiempo se evidenció la asignación de contratos a uno de sus familiares.

4.- Silenciar a los Regidores en la discusión del incremento al Transporte.-

En una irrenunciable colusión con los transportistas el desarrollo de las “mesas de trabajo” y de la Comisión Mixta Tarifaria se vio marcado por una evidente intención de minimizar y marginar a los Regidores de oposición del debate argumentado, con el pretexto de estar reglamentado, sin embargo si estaba reglamentada la mayoriteada por funcionarios de nivel medio para aprobar el leonino incremento.

En su más reciente episodio de soberbia han desechado de plano la propuesta por regidores de oposición para que todas las expresiones políticas tengan la posibilidad de presidir algunas de las 15  comisiones en las que trabaja el cabildo, las cuales durante el primer año fueron acaparadas por Acción Nacional violentado el espíritu de integración y pluralidad con la que se ha diseñado nuestro sistema democrático.

El argumento panista es que la intención es la de politizar el trabajo de las comisiones, que no existe diferencia alguna en la posición de la silla, que lo importante son los acuerdos, lo que no nos dicen es que por acuerdos ellos entienden las decisiones que nos imponen a rajatabla y con aplastante mayoría.

¿Qué les quita pluralizar el trabajo de las comisiones? Si tienen la mayoría en el pleno y cuentan con los votos necesarios para prevalecer en la decisión.

¿Qué tan democrático es que una sola regidora (Ana María Esquivel Arrona) presida 4 comisiones mientras que a los Regidores de oposición no se les permite ni hablar?

Lo hacen porque pueden, porque quieren y porque lo quieren todo para ellos, porque ven en la función pública un ánimo patrimonialista en donde deben de acaparar todo espacio y toda participación por el simple hecho de que los otros, los diferentes,  no lo tengan.

No reconocen en la pluralidad de ideas la retroalimentación necesaria por la que se socializa el bien público, no entienden que son pasajeros y que la democracia exige participación de todos y aun mas de los distintos a la mayoría.

Ellos, los panistas gobernantes se quedaron en la máxima monárquica de que el poder se ejerce y  no se comparte, que diferente es sinónimo de malo y que sumisión es la única participación deseada.

Valdría la pena recomendarles que leyeran el Libro de “Eclesiastés” y su máxima “vanitas vanitatum omnia vanitas” (vanidad de vanidades, todo es vanidad) son las palabras expresadas por el rey Salomón y nos advierte precisamente contra el egocentrismo y el narcisismo. ¿Para qué centrarnos en nosotros si acabaremos envejeciendo y muriendo?

Nunca ser plural será mal visto, nunca la cortesía al adversario político debería de entenderse como debilidad, nunca la generosidad genuina y sin condición ha sido la causa de guerras fratricidas y estériles y en cambio sí  ha sido punto de encuentro para la solución y mejora de nuestra sociedad.

Ahora sí que como diría aquel famoso compositor:

¿Pero qué necesidad? ¿Para qué tanto problema?

“La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.”

José de San Martín