La corrupción no debe ser parte de la cultura de los mexicanos

Jorge Marcelino Trejo Ortiz
Maestro Jorge Marcelino Trejo Ortiz, presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato

La corrupción no debe ser ni estar en la cultura de los mexicanos como dijo Enrique Peña Nieto y, por esta tesis estúpida, no debemos aceptarla e incorporarla a nuestra forma de vida. La corrupción es más bien una contracultura que agrede y menoscaba los valores más sublimes del ser humano, va en contra de la cultura en su acepción más pura y en contra de la civilización.

Los estudiosos tal vez nos digan que la corrupción tiene su origen en la colonia, donde el poder total residía en el rey de España y era representado a su vez en su virrey de la Nueva España. Pero en cualquier periodo de nuestra historia ha habido corrupción, pero también se ha dado la lucha en contra de la corrupción.

Recientemente vi una entrevista con Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), en la que se queda uno pasmado de escuchar de viva voz muchas de las prácticas corruptas de los gobiernos federales anteriores. Casos y hechos que uno intuye que existían, pero que, al descubrirlos, solo podemos pensar que la realidad sobrepasa la ficción.

Santiago Nieto señala que la UIF se utilizaba antes para extorsionar, para pegarle a los adversarios políticos, por lo que era un instrumento político y de control criminal; da un ejemplo que descubierto y consistió en el desbloqueo de 900 cuentas, sin sustento legal, 46 de las cuales eran del Cártel de Sinaloa.

Refiere cómo que se han presentado 4 denuncias sobre las 70 personas físicas y morales que Lozoya refiere en su escrito que presentó ante la Fiscalía General de la República. Lo cual es un caso de corrupción paradigmática en el Estado mexicano.

La importancia de la UIF en nuestro país reside en que, a partir de ahora, este instrumento tiene que utilizarse realmente para el combate a la delincuencia organizada, que ha congelado cuentas de los grupos criminales, ya que de poco sirve combatir a las narcotienditas, si es que la organización tiene los recursos para reponerlas.

Santiago Nieto revela que en se han detectado 19 grupos criminales de alto impacto, muchos de las cuales se fortalecieron en el sexenio anterior y ejemplo de ello es el Cártel Jalisco Nueva Generación, Santa Rosa de Lima, en Guanajuato, Los Viagras, el Cártel Independiente en Acapulco, Guerreros Unidos y Los Rojos en el estado de Guerrero, y el Cártel del Noreste en Tamaulipas.

Señala que todos estos grupos fueron surgiendo de componendas con los gobiernos locales, pero sobre todo con la participación federal, porque la existencia de un Genaro García Luna no se explica sin esta condición.

Por otro lado, está la corrupción judicial ministerial que de alguna manera interviene para proteger a los dirigentes de los grupos criminales.

Además de todo ello, existe una base social del crimen que debe ser atendida y atacada con programas sociales, con desarrollo cultural y educativo, con empleo, con oportunidades dentro de una estrategia efectiva de gobernanza.

La corrupción representada en la defraudación fiscal, sigue Santiago Nieto, oscilaba en los 350 mil millones de pesos anuales, todo esto a través de facturas falsas, empresas “fachada”, por lo que Odebrecht no se puede entender si estas prácticas.

El mismo Lozoya, a través de prestanombres, tenía cuentas en otros países como el caso de Panamá, que logró utilizando los nombres de personas, como por ejemplo de un despachador de gasolina y un vendedor de seguros, que ni pasaporte tenían.

Luego de que muchos delitos cometidos en sexenios de Vicente Fox, de Salinas o de Cedillo ya prescribieron, lo que propone Santiago Nieto es crear una comisión de la verdad sobre el impacto de la corrupción gubernamental en México.

Cuenta que dinero que se enviaba a Estados Unidos sirvió para ponerle una casa a García Luna, ponen también un restaurante, además de que “a un sobrino le ponen 45 millones de pesos en efectivo”.

Santiago Nieto se centra en la corrupción de los sexenios priistas pero de refilón comenta la de los gobiernos panistas y pone en duda que, luego de que le quitaron su pensión, Vicente Fox dice que no tiene dinero y cobra por cantar Las Mañanitas por Zoom, mientras que en verdad tiene 14 empresas; lo que al titular de la UIF dice molestarle es que Fox no pague impuestos, por lo que hay una investigación de defraudación fiscal en su contra.

La corrupción de pronto, esto lo señalo yo, se convirtió en una forma de vida establecida por el propio gobierno. Era corporativa, era institucional, era un modus vivendi obligatorio, en el que se le tenía que entrar para licitar obras, para recibir contratos.

A pesar de todo ello, la corrupción no está en los genes de los mexicanos, hay una gran proporción de ciudadanos que no estaban ni están a favor de esa “culturización”. En esa cultura de la corrupción se puede encuadrar a muchos gobernadores a quienes no les bastaba con ganar bien y vivir bien, sino que buscaban el exceso y la opulencia.

El verdadero mexicano es el que mantiene la indignación y que lucha en contra de la corrupción y la denuncia en todo momento, o promueve esquemas más confiables para que esa práctica sea castigada.

La corrupción se combate con rendición de cuentas, con transparencia, con acceso a la información real y comprobable, con separación de poderes, con democracia, pero ante todo con el respeto a la ley, con amor propio y con amor a nuestra Nación.