Homicidios, tema de Seguridad Nacional

Maestro Antonio Galván Torres, analista Platino.

En diferentes foros he sostenido que la falta de aplicación de Políticas Criminológicas adecuadas  traerían como consecuencia que fuéramos rebasados por el crimen y lamentablemente el estruendoso número de 453 muertes en Guanajuato en el mes de enero nos dio la razón de que este es un tema de Seguridad Nacional.

Amigos lectores, cuando hablamos de Política Criminológica, quiero entender como si esto  fuera hoy  el común denominador, pero creo que estoy equivocado, por lo que citaré lo que el Dr. Manuel Vidaurri señala en su libro “Bases generales de la criminología”, cuando habla del  control social de la criminalidad:

“Uno más de los objetos propios de la criminología contemporánea es el control social del delito o de la criminalidad.

Por control social cabe entender el conjunto de instituciones, estrategias y sanciones que pretenden promover y garantizar el sometimiento del individuo a los modelos y normas comunitarias; se expresa mediante instancias formales e informales.

El control social es una condición básica de la vida en sociedad, ya que mediante el mismo se aseguran el cumplimiento de las expectativas de conducta y los contenidos de las normas jurídicas y sociales que rigen la convivencia. Es inimaginable una sociedad carente de mecanismos de control social, más aún cuando se sabe bien que tales mecanismos permiten identificar los límites de libertad de los individuos en el contexto social, convirtiéndose al mismo tiempo en un instrumento de socialización, refiriéndose al Maestro Muñoz Conde.”

Sentadas estas bases para una mejor comprensión de la presente lectura, volvamos a nuestra realidad.

El Gobernador del Estado, Diego Sinhué, quien es garante de la tranquilidad y seguridad pública conforme a la Constitución de Guanajuato, debe estar atento y responder de ello,  así pues  nuestra  seguridad ocupa y preocupa a “Juan Pueblo” y en este concepto se ubica Usted, su familia, sus amigos, el maestro, ama de casa, obrero, campesino, carpintero, zapatero, electricista, empresario, etc.

En suma, toda la sociedad guanajuatense, y por ende, la leonesa, porque en este mes de enero, en esta ciudad de León se dispara la cifra de homicidios a 65 muertes.

Es público y notorio que nos encontramos inmersos en la anarquía total, en donde no hay tregua ni cuartel,  donde el Estado se ha visto minimizado y reducido a una mínima expresión, entonces es el momento de cuestionar qué está fallando, si la capacitación de los policías, el resquebrajamiento de la sociedad que ha hecho a un lado la escala de valores, como el civismo, ética, fraternidad, solidaridad, amistad y respeto, o una autoridad cada vez más lejana de la sociedad, que es representada, como ya lo dije, por “Juan Pueblo”.

Hemos escuchado de todo, reuniones sofisticadas en donde desfilan en alfombra roja diferentes personajes, pero en mi opinión y lo digo sin cortapisas, el fin último es silenciar a las pocas organizaciones que han alzado la voz por la falta de efectividad de las autoridades en este lacerante problema de los homicidios en lo que tiene que ver con su seguridad.

Me parece tiempo perdido citar números y números de muertos, pero por respeto a las familias solo mencionaré que cada hora se comete un homicidio doloso en nuestro Estado y en León si el número son 65, solo divídalo en 31 días y da como resultado 2 homicidios por día, por lo tanto, estos decesos son terroríficos.

Por otra parte, he sido enfático en otras columnas al hablar sobre este tema cuando he dicho que los mismos leoneses se han” autoaplicado” el toque de queda, es decir, que prefieren encerrarse en sus casos a lodo y ladrillo, poner barrotes en las tiendas, pero todo esto ha sido en vano porque las calles, los barrios y colonias han dejado de pertenecer a los leoneses y por doquier se perpetra este tipo de delitos que han dejado en la indefensión a la ciudadanía, mientras vemos con tristeza una autoridad ausente por lo que, en consecuencia, Guanajuato y León han tocado fondo porque ya se perdió todo tipo de control, podemos contar los muertos  como ya lo dije,  aproximadamente 453 , pero no sabemos el contrapeso, es decir, cuántos han sido detenidos, cuántos procesados  o incluso declarados culpables, por tanto, la gran interrogante que surge es, ¿qué se está haciendo para combatir el delito en Guanajuato?

En estos momentos, considero que se dan las condiciones para que la población guanajuatense y leonesa propongan nombres de posibles candidatos para que vengan a reforzar y revitalizar las corporaciones policiacas que han perdido su credibilidad porque mucho nos podrán decir para justificar estas circunstancias, pero los hechos son los que hablan y habida cuenta que nuestro Gobernador ya tiene un año de gobierno y el edil del León, López Santillana, es su segundo periodo en vía de reelección y  en lugar de sofocar la comisión de este tipo de delitos, han ido a la alza en su incremento, es tiempo de tomar al toro por los cuernos como se diría coloquialmente y dejar que la población, nombre a los funcionarios de las dependencias policiacas  para que éstos , den un informe cada 15 días a la sociedad.

Se debe convocar por parte del conglomerado el nombramiento de sus nuevos líderes o directores en el tema de la seguridad porque es indiscutible que “Juan Pueblo” no tiene preferencias por nadie y las únicas metas que tendría a seguir serían las de limpiar, en el tema de la corrupción, para dar paz y tranquilidad al pueblo que tanto las anhela.

Las muertes han generado en la población una consternación  en todos los sectores, la sociedad vive en medio del terror, la ignominia de ver como el Estado promete y promete pero los asesinatos infames que  conocemos como daños colaterales siguen sucediendo, se ocupa del esclarecimiento de los homicidios, de dar con los responsables y la reparación de los daños causados a sus deudos, así como de una información fidedigna por escrito a los medios de comunicación cada 15 días de resultados , no por medio de conferencias sino de boletines informativos, es tiempo de rendir cuentas y aquí también incluimos al Gobierno Federal, que ya cumplió un año de gobernar a México, sin resultados.