Guerra de filtraciones

Francisco Meza
Francisco Meza pluma Platino News

Los recientes audios filtrados del presidente del PRI, Alejandro Moreno nos deja una muy mala señal para la política mexicana en el corto plazo en lo que respecta a las próximas elecciones, las reformas constitucionales y la judicialización de la política.

Ciertamente también ofrece material para historias, series y tramas de lo que existe en las entrañas de la política nacional, elementos que suelen ser muy atractivos para un ángulo del estudio de la política. También es importante; por esa razón, para algunos grupos políticos lo más importante es la lealtad.

Lo que deseamos subrayar en este texto son las implicaciones que tiene para las principales organizaciones políticas y la situación del país. No podemos perder de vista como ciudadanos que la política es una condición importante para el desarrollo económico, social y hasta lo cultural. De esta forma, una política en el país inestable o tensa no será propicia para la economía o para solucionar problemas sociales.

GUERRA DECLARADA

Las filtraciones de audios y videos no son cosas nuevas en la política mexicana. Se cuenta con material de ese tipo desde hace varios sexenios atrás; sin embargo, hoy podemos observar que hay una guerra declarada entre lo que serían los políticos afines al gobierno del presidente López Obrador y los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional.   Después de que la gobernadora de Campeche diera a conocer los audios de Alito Moreno, posteriormente vino la respuesta con los audios donde aparece el senador Manuel Velasco.

Y como en toda guerra, después de los primeros enfrentamientos se prepararán por si el conflicto escala y poder responder. Ya aparecieron otros audios del presidente del PRI y podrían filtrarse más audios o videos para impactar en la opinión pública.

Esta situación no deja exentos al resto de los partidos políticos que podrían terminar involucrados o decidan, por cuenta propia, formar parte de la confrontación.

SE RADICALIZAN

Esto conducirá a una radicalización de sus posiciones en la agenda legislativa y en la competencia electoral que ya se tenía, pero se agudizará con acusaciones, campañas negativas e impugnaciones en los procesos electorales.

Si antes existía la posibilidad de que el presidente pudiera contar con el respaldo de legisladores del PRI esa puerta se viene cerrando con la actual situación. Aunque algunos políticos que pertenecían al PRI se han integrado a Morena, los que se mantienen es muy probable que se reagrupen en torno a su dirigente nacional y por lo menos, en los próximos dos años nieguen algún tipo de colaboración con el presidente y los partidos que lo respaldan.

Todavía resta por ver la posición que asuman los partidos de oposición aliados al PRI, por el momento han sido cautelosos y parecen más inclinados a mantener la alianza a fin de ser competitivos en las próximas elecciones.

Esta polarización llevará a la parálisis de las dos reformas constitucionales que el presidente tiene pendientes; lo cual, traerá consigo una agitación política para convencer a la ciudadanía de su posición.

JUDICIALIZACIÓN DE LA POLÍTICA

Como todas estas filtraciones están plagadas de ilegalidades veremos el crecimiento de la judicialización de la política en donde se busca bloquear o provocar el rechazo del adversario político.

Es decir, veremos denuncia tras denuncia en cada una de estas filtraciones en donde tendrán que intervenir las fiscalías y jueces en interminables procesos para descalificar a determinados políticos. Todo lo anterior envueltos en un discurso de Estado de Derecho, pero provocando más confusión en la opinión pública y sin llegar a resultados reales.

CIELO NUBLADO PARA DOS AÑOS

Así que de todo lo anterior se desprende un cielo nublado para la política mexicana en los próximos dos años, comenzando con las elecciones de este 5 de junio en seis estados del país. Filtraciones, denuncias y descalificaciones parece que será lo más común en los próximos dos años. Difícilmente dará un giro la guerra de estas filtraciones porque hay mucho en juego para el 2024. Podemos tomar como analogía lo que ha sucedido entre Alito y el senador Velasco, si con esto se terminó su hermandad, difícilmente se volverán a tener confianza.