El grupo primario: la familia y sus patologías

Psic. Juan José Alvarado
Psic. Juan José Alvarado

El ser humano, esta predeterminado a pertenecer a un grupo y a lo largo de su historia lo ha hecho, siendo hoy la familia el grupo más representativo, aunque debemos de considerar que la familia, como la conocemos hoy en día, no ha existido siempre.

Ya Federico Engels, en su obra: el origen de la familia, la propiedad privada y el estado, nos da una amplia y bien documentada reseña de los antecedentes y precedentes de los grupos familiares hasta nuestros días.

El modelo familiar que hoy nos compete es el actual, y es importante considerar que, en este modelo, “…como ya decía Haley, los momentos más proclives para el surgimiento de la patología en un grupo familiar son los de entrada o salida de miembros del sistema”[1], por esto cuando en la familia nace un miembro, la dinámica de la pareja y del grupo tiende a reestructurarse.

Esta reestructuración, generalmente se hace conforme al nuevo miembro, pero en realidad es de mayor beneficio tanto para el grupo como para el recién llegado que se logre integrar esté a la dinámica ya existente, tanto de normas disciplinarais como de roles, costumbres, horarios, etc. Y no que toda la familia tenga que girar en torno al nuevo miembro.

Al interactuar todos los miembros de la familia, se provoca la socialización y según David Cooper, “…una de las primeras lecciones que se aprenden durante el condicionamiento familiar es que no nos bastamos a nosotros mismos para existir en un mundo propio”[2] por lo cual, es necesario provocar y promover el autodesarrollo de los miembros de la familia, dándoles la oportunidad de tener actividades más allá de las que programa la hipersociedad, esto es dejar que los miembros del grupo estén un poco al margen de la modernidad por la modernidad, llámese televisor, computadoras, estéreos, etc..

Quizá ya no es tan fácil como en otros tiempos el regular la dinámica familiar, pues “la autoridad ya no es una e indivisible sin que esta difusa y compartida”[3] luego entonces, los hijos y las hijas tienden a jugar más con las imprecisiones o las diferencias en conceptos del padre y de la madre y en este juego, que se torna en casos manipulador, los hijos se van con quien más provecho le puedan sacar.

Sea como sea cada una de nuestras familias, con todos sus defectos y vicisitudes, con todos sus aciertos y todas sus felicidades, “…en el contexto familiar, el sistema es la red vincular que une a los miembros de una familia, en la cual cada una de las individualidades… Constituyen un subsistema, así como la familia es un subsistema del sistema social”[4], por lo cual no es nada fácil, ni recomendable, salir del grupo familiar y social al cual se pertenece.

Pero en esta interacción, los miembros del grupo tienen que buscar su identificación tanto dentro como fuera, pues “…Hegel señala que el individuo que no lucha por ser reconocido fuera del grupo familiar nunca alcanza, antes de la muerte, la personalidad”[5] Pero se puede tener como respaldo a la familia, sobre todo si se tiene a una familia sana desde el punto de vista psicológico.

[1] Kornblit, Amalia, Somática familiar, Gedisa, España, 1984. pp. 45

[2] Cooper, David, La muerte de la familia, Ariel, México, 1985, pp. 11

[3] Collamge, Cristiane, Yo, tu madre, Seix barral, México, 1986, pp. 149

[4] kornblit, Amalia, Somática familiar, Gedisa, España, 1984, pp. 20

[5] Lacan, Jaques, La familia, Argonauta, Argentina, 1987, pp. 43