El día que la colmena doblegó al poder público

Jorge Marcelino Trejo Ortiz
Maestro Jorge Marcelino Trejo Ortiz, presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato

El hartazgo de la comunidad universitaria se convirtió en una sola voz. Así como enjambre, lo jóvenes fueron en un mismo sentido, con una protesta auténtica y legítima: una vida libre de violencia dentro y fuera de la Universidad de Guanajuato.

La máxima casa de estudios, cuyos inicios se registran a inicios del Silgo XVIII bajo el apoyo de su benefactora Doña Josefa Teresa de Busto y Moya, dejó claro que no permitirá más acoso, abuso, extorsión y violencia afuera de las aulas. Lo más grave aún, dentro de la colmena.

Si bien el homicidio en agravio de la joven Ana Daniela despertó el músculo universitario que, por cierto conformó un reclamo ordenado, respetuoso y pacífico, la voz dura de los jóvenes llevó a las máximas autoridades del estado y de la universidad, a estar frente a ellos, sin aplausos, sin porras, sin elogios. Solo un justo reclamo, paz para Guanajuato.

El movimiento estudiantil #YoSoy132 logró simpatía social, pero fue por la cobertura mediática de la prensa capitalina. Este movimiento, se hizo escuchar afuera de Guanajuato y, de paso, exhibió la omisión de las autoridades que, más allá de las disculpas públicas, deberían pensar en su permanencia.

El plantel docente y administrativo de la Máxima Casa de Estudios en el estado, encabezado por su rector general, Luis Felipe Guerrero Agripino, quedó pasmado con el zumbido del estudiantado y solo atinó a emitir pronunciamientos de “solidaridad” con la protesta y súplicas para que desistieran de hacer paros.

Mas el movimiento estaba generalizado y este fue solo el estallido de exigencias reprimidas, porque ya se habían hecho peticiones de mayor seguridad y alto a los acosos por parte de maestros hacia las estudiantes y trabajadoras.

Los asaltos, los asedios de los delincuentes y vándalos, las agresiones al alumnado son ya cosa de todos los días y no se habían tomado las acciones contundentes para atacar la problemática. Respecto a los acosos sexuales y demás violencia de género a las alumnas, solo había quedado en el establecimiento (en papel) del Nuevo Protocolo de Atención a Casos de Violencia de Género.

Pero no se había actuado en consecuencia y eficacia, porque muchos de los denunciados son miembros del Sindicato o mentores prominentes. ¿Para muestra? un botón: una joven que participó en una de las marchas en León narró a los reporteros que ella es víctima de acoso por parte de un maestro que siempre le está diciendo que la quiere mucho, que siempre busca la forma de tocarla, que siempre quiere verle las piernas, y nunca respeta al novio de la agraviada y nunca le han recibido su denuncia.

Pero el Rector se quedó suspendido en sus vacuos discursos, en el lucimiento personal, en la soberbia, en la arrogancia, en la negligencia y por ello debe renunciar como ahora ya renunció la responsable de UGénero, quien demostró más vergüenza.

El paro estudiantil se ha levantado con la aceptación del Pliego Petitorio por parte de las autoridades, quienes dieron cumplimiento a uno de los puntos, que era el reconocimiento de la problemática y emitir una disculpa pública.

Hay que resaltar la disposición del gobernador del Estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, para actuar y para ofrecer la disculpa. Solo le falta al primer mandatario pedirle al Rector que renuncie, por dignidad.

La UG debe de gastar más en seguridad que en publicidad. Debe contratar guardias, debe de instalar equipos de protección en todos sus planteles, como es la videovigilancia, como son los botones de alarma, y enlazarlos a las centrales de emergencia como el C5i y el C4; debe de exigir más presencia policiaca; debe establecer medidas de seguridad con participación de docentes, alumnos, padres de familia y vecinos.

Además, se debe hacer efectivo el “Nuevo Protocolo de Atención a Casos de Violencia de Género”; debe de sentar a la mesa al ASTAUG (sindicato) para que termine la impunidad y que este no defienda a los infractores, a los delincuentes.

En tanto, el movimiento estudiantil debe prevalecer, debe de consolidarse como una verdadera colmena y ser capaz de transformar los esquemas anquilosados, fosilizados y enviciados. Como ellos mismos lo dicen: #niunaabejamas.