¡Donde la vida no vale nada!

Adolfo Pons, politólogo y académico leonés.

El grave problema que sufrimos no solo los leoneses, sino los guanajuatenses, es el alto índice de inseguridad que vivimos.

Somos de los líderes nacionales en asesinatos dolosos, en asaltos a mano armada, en ordeñas de ductos de PEMEX, en feminicidios y varias cosas más.

Es más que desesperante la condición que sufrimos en la ciudad, tanto así, que el 84.0% de los leoneses nos sentimos inseguros. Esto como consecuencia de la altísima tasa de incidencia delictiva que se tiene. En León, de cada 100 ciudadanos, sufren de un delito 38.5, cuando a nivel nacional el promedio es de 28.3.

Ni querer compararlo contra Saltillo que es de 18.2; o Monterrey de 25.6; o Culiacán 27.3. En León, el tema de la inseguridad desbordó al gobierno municipal, tiene colapsado un modelo que por más que pretendan venderlo, no sirve; es inoperante.

El mismo Secretario de Seguridad Estatal, Alvar Cabeza de Vaca, lo dice en público. En consecuencia, el modelo debe ser cambiado, tenemos que provocar una reconfiguración en la estrategia, con incluso nuevos mandos y con otra perspectiva. Los mismos dirigentes empresariales, especialmente el presidente del Consejo Coordinador Empresarial en León, han condenado, criticado e incluso amenazado de abandonar la mesa de seguridad por el modelo usado.

No es momento para criticar sí, el funcionamiento de una mesa de seguridad con integrantes de ciudadanos, debería serlo o no; sí es funcional o no, sí realmente trabaja como tal o es meramente informativa.

Lo que debe preocuparnos es el alto índice de inseguridad, el que se estén rompiendo, mes a mes, el récord de asesinatos del mes anterior, imponiendo con ello, un nuevo record histórico cada 30 días.

Lo que debe importar es disminuir notoriamente, que el 94.1% de los delitos cometidos en las calles y dentro de los negocios y de las mismas casas – habitación, sean la cifra negra (delitos no denunciados, más denunciados sin averiguación previa). Los 26 policías que toman denuncia, no harán más que eso, simplemente tomarla y no pasará nada; ya que sí, no se inicia averiguación previa, la cifra negra quedaría igual, porque una de las partes de la ecuación solamente cambiaría de lugar, y no altera el resultado.

A todo esto, debemos sumarle las decisiones tomadas de manera por demás inverosímil. Ya habíamos sufrido una baja de un elemento de la Policía Municipal, que había sido “comisionado” para cuidar a la esposa de un mando, en la ciudad de Irapuato y fue muerto a tiros.

No aprendimos la lección, a nadie le importó o quiso saber el por qué o quién tomó la decisión de enviarlo, por qué el erario público municipal, es decir nosotros los ciudadanos que pagamos derechos e impuestos; pagaríamos a un elemento, gasolina y vehículo, que trabaja en otra ciudad.

Hoy, por un hecho muy lamentable, nos enteramos que, ahora no es 1, sino 2 (al menos) elementos los que fueron autorizados por el Presidente Municipal Héctor López Santilla, para que se fueran a Celaya a cuidar un elemento que renunció en León, para irse a trabajar allá. ¿Po qué autorizó dilapidar los recursos que no son de él? ¿Por qué subsidiar a la policía de Celaya cuando en León tenemos serias carencias? ¿Estaría violentando la ley al permitir o ejecutar gasto público presupuestado y autorizado para León, en Celaya? ¿Actuará el contralor?

¡Por favor Sr. Presidente, sea usted más responsable con lo que no es de usted!