La colocación de la primera piedra del “Teatro (de) Doblado” se dio el 31 de diciembre de 1869. Nos narra José Rosas Moreno: “Algunos miembros del Ayuntamiento, en silencio, en el local designado, a las diez de la mañana (…) en silencio se agruparon (…) para ver (…) colocar una piedra sobre a superficie de un cimiento, y concluyeron por oír en silencio también, y sin dar muestra alguna de emoción ni de entusiasmo, un bonito discurso que pronunció el doctor don Francisco Leal. Esto fue todo.
Diez años tardarán en construir el teatro de marras en un predio ubicado en la esquina de las calles de La Compañía y Honda —hoy Pedro Moreno y Hermanos Aldama— y que los historiadores Timoteo Lozano Martínez, Eduardo Salceda López y Jesús Rodríguez Frausto atribuían la propiedad de la casa no. 9 de la calle de Lucero a don Cleofas Marmolejo. Gracias a la acuciosa investigación del licenciado Carlos Arturo Navarro Valtierra cronista vitalicio de la Ciudad sabemos que no fue así. Fueron varias casas las que adquirió la Junta Constructora del Teatro siendo jefe Político de León el coronel Octavio Rosado.
El edificio es observado por José Guadalupe Posada en proceso de construcción y el artista lo graba para adornar una (serie de) cajas de cerillos. Más tarde Posada plasmará una litografía en la portada de La Gacetilla la noche de la inauguración del teatro (de) Doblado en septiembre de 1880. Ya en funciones el recinto quedará de nueva cuenta integrado al acervo del grabador al realizar otra obra, pero ahora del interior.
En sus dieciséis años de residencia ¿qué cosas no vio Posada? Además de los encargos de trabajo en su taller, celebró su matrimonio con la leonesa María de Jesús Vela en la Parroquia del Sagrario (en 1875) y procreó un hijo (llegó con él desde Aguascalientes) del cual tenemos noticia por una fotografía de la época.
Cuando en 1883 el viajero colombiano Federico Cornelio Aguilar S. J. llegó a León en mayo 5 escribió para sus lectores del diario El Pasatiempo de Bogotá: “(…)Llama la atención en León: (…) El teatro es pequeño, pero de gusto y mejor que los de México. Costó 240,000 fuertes, fue concluido en 1880 y puede contener 1,480 espectadores”.
Esta breve vista de la ciudad del refugio refuerza que era (es) la antípoda de Guanajuato capital. Pero también conserva, dentro de su aire provinciano, un Teatro digno. Por cierto, la construcción del recinto se debe al arquitecto José Noriega y la Junta decidió dedicarlo al general Manuel Doblado héroe de la Reforma. “El Teatro, sin embargo, fue solamente la culminación de un esfuerzo por la elevación del nivel cultural de la población que era palpable desde años antes”.
