91, 92, 93… Semejanzas y diferencias

Juancarlos Porras y Manrique
Juancarlos Porras y Manrique, analista, promotor cultural y columnista Platino.

León Guanajuato a 7 de junio de 2021.- Acudamos a la licencia de opiniones ―como hicimos en la mesa política de Radio Fórmula Bajío 107.1 FM con Martín Diego Rodríguez, Juan Manuel Castillo Ocaña y quien les narra―, que de manera natural nos ayudó a todos los ciudadanos a tener esa acomodación en el mundo (Alfonso Reyes, dixit) aunque otros pensadores como José Ortega y Gasset y Martin Heidegger consideran más bien al hombre como un naufrago del mundo. La cultura sería su sistema natatorio. Es decir, “saber hacerse a sí mismo” para seguir con la línea del sabio mexicano citado líneas atrás, conviene de manera sistemática.

En el caso particular de quien será el alcalde número 93 de nuestra ciudad, a partir del próximo octubre del año en curso ―luego del ejercicio electoral del pasado junio 6―, tendrá que afincar bien su “ser” puesto que deberá “hacer”. En esto consiste el saber hacerse a sí mismo. No tendrá oportunidad de vagar en la Nada política ya que, “la llamada nada se encuentra sólo en el tiempo y en las palabras. En el tiempo se halla entre el pretérito y el futuro, y nada retiene del presente. Y así, entre las palabras, de las cosas que se dicen, que no son o que son imposibles”. (Leonardo Da Vinci, La nada).

Ahora bien, el peligro de llegar a la nada consiste en buena medida en no existir. Caer en el vacío que desde la política es ir al No-Yo ya que no se trasciende en lo absoluto. Al contrario, se juega entre el pasado y el futuro, pero no se posesiona en el presente y para el nuevo modelo de ciudad que pretendemos todos, no nos conviene. Entonces la valoración de la cultura obliga a quien ganó la elección municipal a interpretar mejor el mundo que habita: la ciudad viva que recién cumplió, el pasado 2 de junio, 191 años de ser y de hacerse a sí misma con los que han habitado y ahora estamos.

Es verdad que el nuevo proyecto de ciudad viva no apela a la nada, o sea a partir del cero, sino a la prolongación de insistir en el remotísimo pasado la fundación de la Villa de León con miras a cumplir en pocos años 450 como primera puebla y no como ciudad. Y ahí caemos de nuevo al tiempo ido, con la reflexión de Da Vinci, donde “la nada reside entre el pretérito y el futuro, y nada posee del presente, y en la naturaleza se sitúa entre las cosas imposibles”.

Así pues, hoy más que nunca necesitamos con urgencia que quienes lleguen a la Administración pública 2021-2024 impliquen el pensamiento y la acción ya que seguro nos llevará al buen ejercicio de la voluntad política donde el campo ético y social, que van de la mano, sin duda arraigarán los valores democráticos que rendirán frutos. Por ende, no queremos, los ciudadanos leoneses que nos den gato muerto por liebre viva porque la campaña terminó junto con la propaganda.

También terminó la predica: “Yo ero, tú eres”. No necesitamos más ejemplos religiosos que nos deseduquen sino apelar a la conciencia ciudadana para fincar nuestra trascendencia. El ideal democrático que buscamos en León, en buena medida está condensado en el Bienestar de todos. Este debería de ser el summun de toda administración que se jacte de llegar con el voto directo del ciudadano de a pie. En esto consiste por supuesto el cumplimiento de los compromisos adquiridos en su momento.

El próximo Cabildo leonés tendrá por obligación no darnos falsas interpretaciones de la ciudad. Al contrario, deberá fortalecer aún más el sentido de identidad y pertenencia que, de manera paulatina, nos lo han arrebatado por la dispersión del sentido político que, en los últimos 30 años, hemos tenido consecutivamente con las administraciones pasadas donde no se edificó una ciudad mejor y más justa sino una ligada solo al sentido empresarial y en los últimos seis años se vinculó sólo a la Tranquilidad que deriva de tranca.

Por eso, si hemos de llegar a una ciudad viva tendremos todos que responder a las semejanzas y percibir con igual nitidez las diferencias. Solo así podremos lograr los acuerdos suficientes y de paso llevar bien la cuenta de la historia de los alcaldes: 91, 92, 93…