Ya ni llorar es bueno

El dicho popular que se aplica al dedillo en lo político y lo social: no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre. Que seguramente algunos y algunas hoy tacharan de homofóbico, retrata de cuerpo completo a muchos de los políticos y ciudadanos en general.
Ya ha corrido mucha tinta y corrió mucha sangre, la política ha permeado a todos los niveles psicosociales y ha terminado con amistades y hasta con relaciones familiares. No se diga de las enconadas discusiones de los cafecillos (de todo tipo) en que los comensales departen, se insultan y hasta se recuerdan a sus progenitoras.
Personajes que en los círculos políticos se les dice los notables, ahora salen a repartir culpas, para justificar el fracaso. Es muy claro, no hay empates, se gana o se pierde. Lo que sí es cierto, es que hoy nos encontramos con un electorado más politizado, más preparado y más documentado que hace años, aunque algunos lo califiquen de ignorantes.
Hace años, lo político parecía concernirles solamente a los militantes de los partidos políticos, pero hoy en día, la mayoría que no milita en ningún partido (afortunadamente) está interesada en los procesos, en el antes, durante y después del día de la jornada electoral, del día de las elecciones.
Cada día, más personas se interesan de las propuestas de los partidos y en particular de los candidatos y es claro que el internet y las redes sociales ayudan a que se conozca más de la vida política y de la vida privada de los contendientes.
Pero se sigue aplicando que para tener la lengua larga hay que tener la cola chica, pues el electorado en general, si bien se entera de las virtudes, también se entera de los pecados, de las corruptelas, de los desatinos, y lo cierto es que algunos, siempre tienen pasados más oscuros, mas tortuosos, rayando en lo delictivo en muchas ocasiones.
Propiamente cualquiera tiene acceso a mucha información que es de carácter público: las declaraciones patrimoniales, los sueldos de los servidores públicos, las empresas ligadas al servidor publico y un largo etcétera que con una simple hurgada en el pasado de los contendientes nos enteramos de muchas cosas de sus vidas. Cierto es que nos llenamos de noticias falsas y en ocasiones cuesta trabajo diferenciar las verdades de las falsedades y cierto es que se aplica puntualmente el: calumnia, que algo queda.
Pero ya no se puede seguir repartiendo culpas. Todos tenemos que ver para adelante y ver que, a este país, a nuestro país le vaya bien, aunque no sea parte del sueño personal. Recordemos que vivimos y somos producto de una sociedad, por lo que nos compete hacer todo para mejorar las cosas.