La primera sacudida social que tuvo nuestro país este año fue, desde mi punto de vista, la nutrida manifestación “Un Día Sin Nosotras”, convocada por la organización feminista Las Brujas del Mar.
Ese día las mujeres lograron parar la economía. Mucho se habló un día después de las “pérdidas económicas”, del “poder de las mujeres”, del “valor de las mujeres en los distintos roles”, pero la realidad se impone.
La violencia a las mujeres no ha parado.
Durante la jornada de Distanciamiento Social a la que fue sometido nuestro país para evitar la propagación del virus Sars-CoV2, han incrementado los casos de violencia contra las mujeres en todo el país.
Obligadas a convivir con sus agresores, a pasar más tiempo con ellos y aumentando sus roles en la sociedad, las mujeres prácticamente han pasado inadvertidas y poco o nulo reconocimiento han recibido en estos momentos.
Guanajuato, un estado donde hay un potente movimiento a favor de la vida, no se mueve en cada asesinato contra una mujer. Guanajuato es hasta ahora, el primer lugar en feminicidios según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Aquí han ocurrido 172 homicidios dolosos en contra de mujeres mientras, en el país. Es Guanajuato una entidad donde se marcha a favor de la vida pero donde las mujeres mueren de manera violenta.
La misma fuente del SESSP revela que 100 de las 172 mujeres que han sido asesinadas, tenían más de 18 años; 20 de ellas tenían menos de 17 años y del resto no se tienen datos.
Aun más, en este tiempo de confinamiento las agresiones contra las mujeres incrementaron.
Datos del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses demuestran que en casa es donde también se han visto situaciones de agresión y violencia contra las mujeres.
El dato más reciente es que, tan solo durante este confinamiento, se han incrementado las llamadas de mujeres quienes piden auxilio o protección.
Un total de 780 mujeres han acudido a la instancia estatal para pedir algún tipo de asesoría para que pare la violencia contra ellas en su hogar.
Y entonces, ¿Qué ocurrió después de la marcha del 9 de Marzo?
Ocurrió que las mujeres se hicieron visibles, que las mujeres demostraron que sus roles son importantes en esta sociedad y que tenemos que escucharlas.
Al paso de las semanas, ocurrió que las mujeres siguen dando una lección de que, como sociedad, no hemos aprendido nada.
En Guanajuato, hacen falta verdaderas políticas transversales que impulsen el crecimiento de una sociedad más igualitaria donde, mujeres y hombres, tengan las mismas oportunidades.
No es sólo un tema de discurso pues, hemos visto, que las palabras se las lleva el viento.
Con hechos y no con palabras, las autoridades deben proveer hoy un mejor momento para las mujeres, dotar de una verdadera red de protección para las mujeres que, en muchos casos, son quienes llevan las riendas de su familia aún y cuando vivan con sus parejas.
Hoy en empoderamiento a las mujeres, debe llevar al establecimiento de políticas públicas que les den acceso a una vida libre de violencia, pero no en papel, sino a una vida con acceso a la cultura, al bienestar, a la educación, a la seguridad, a la toma de decisiones para que sea un verdadero círculo virtuoso.
Esta jornada de sana distancia, no debe ser motivo para desatender a las guanajuatenses que ponen un esfuerzo mayor en la sociedad. Con hechos y no solo con palabras, se debe mostrar esa postura de estar a favor de la vida, de lo contrario, todo quedará en una etiqueta que de nada sirve cuando una mujer muere a manos de su agresor.