Guanajuato, Gto., 5 de junio de 2025.- Los rezos se convirtieron en gritos de alegría: con el voto de la ecologista Luz Itzel Mendo, la mayoría panista se alzó con el triunfo en maratónica sesión para que finalmente fuera archivada la propuesta de despenalización del aborto.
El debate empezó con posturas relacionadas con el tema y terminó con airados discursos sobre homicidios y violencia. Se esperaba se mantuviera el empate o que hubiera alguna sorpresa… y la hubo: todo terminó cuando la diputada del Partido Verde Ecologista de México pasó a tribuna para decir que cambiaba de opinión: la algarabía de las de pañuelo azul con el “¡no estás sola!” contrastaba con el “¡vendida, vendida!” de las de pañuelo verde.
Al final, 16 votos del Partido Acción Nacional, otro del PRD, uno más del PRI y la novedad: un voto del PVEM.
El arranque fue similar a la semana pasada: centenares de acarreados que llenaron el área asignada y discreta llegada de pañuelos verdes, recibidos por la diputada emecista Sandra Pedroza: rezos y cánticos, por un lado; consignas por el otro. Gente con pancartas y mantas hechas en empresa contra muchas improvisadas pancartas: Sí a la vida, por un lado: aborto ya, por el otro.
Los oradores repitieron prácticamente lo mismo que el jueves pasado, pero esta vez todo empezó con una calma que poco a poco empezó a ser rota por tímidos aplausos que se habrían de convertir en gritos de verdes y azules.
La intervención de Sandra Pedroza fue respondida con ponerse de espaldas y colocar pancartas, pero cuando el morenista Antonio Chaurand pasó a exponer, los gritos de “¡doctor muerte!” tuvieron que ser reconvenidos por la morenista Miriam Reyes Carmona, presidenta de la mesa directiva.
La postura: Guanajuato es un estado rezagado en materia de derechos humanos con perspectiva de género y contraviene disposiciones de la Corte de la Organización de las Naciones Unidas.
Chaurand expuso argumentos médicos, científicos y sociales para hablar a favor de la despenalización del aborto.
La priista Rocío Cervantes Barba narró el caso de una mujer que fue obligada a abortar y que gracias la despenalización no fue castigado. Desde Morena le aclararon que el aborto inducido y obligado sí tiene sanción.
Por el lado panista respondió Arturo Espadas, quien contratacó al indicar que el aborto no abate la muerte de mujeres, sino que “mata dos vidas”. No hay interrupción del aborto, dijo: es un asesinato; no hay mujeres criminalizadas y muchas perdonan a los que las obligan a abortar. Remató con un clásico: se protege más a los huevos de las tortugas a que “a un ser humano” (en referencia al producto de un embarazo).
Aprovechó también para evidenciar el error que diputados morenistas cometieron en una comisión, cuando votaron a favor de penalizar a las mujeres por aborto después de las 12 semanas de gestación.
Ya para entonces el respetable de ambos bandos estaba encendido y Miriam Reyes pacientemente los reconvenía.
El debate se perdía entre la vehemencia de Susana Bermúdez y los exabruptos de Hades Aguilar. Intervenciones de uno y otro bando prolongaban el esperado desenlace. Y cuando se esperaba otro empate o una lejana sorpresa, la liebre brincó donde menos se esperaba. Luz Itzel Mendo pasaba a tribuna para decir que cambiaba de opinión, para rectificar su intención de voto, manifestándose a favor de los nacimientos.
La semana pasada, Itzel Mendo había votado a favor de la despenalización del aborto y ahora estaba en contra. Dijo que la despenalización implicaría disponer de recurso público para interrumpir embarazos, algo que manifestó no aprobar y reiteró lo que dijeron los y las panistas en varias ocasiones: en Guanajuato no hay ninguna mujer en prisión por abortar.
Miriam Reyes Carmona no pudo más y dejó en manos de la panista Ana María Esquivel la conducción de la sesión. El área del público era un manicomio de gritos azules de celebración y consignas verdes de protesta.
La bancada morenista abandonó la sala un momento para ponerse de acuerdo: aunque había varios de sus integrantes anotados, sólo su coordinador David Martínez habló para decir que la lucha seguiría
Luego la emecista Sandra Pedroza anunció que interpondría, junto con las colectivas feministas, recursos ante la corte e instancias internacionales para que el congreso guanajuatense despenalice el aborto.
Desde las gradas, eran los gritos de “¡vendida!” y “¡traidora!”, expresadas por las chicas de pañuelo verde. Las morenistas dijeron “malagradecida” a la ecologista y le recordaron que llegó a la curul por la coalición de la 4T. Sergio Contreras dijo que no estaba de acuerdo con ella, pero que respetaba su voto de conciencia.
Sandra Pedroza, al salir, dejó unos billetes frente a Itzel. Los recogió Ana María Esquivel, mientras que porras azules de “¡no estás sola!” la envolvían y abrazos panistas cubrían a la ecologista.
Al final: la bancada panista, incluida la falsa perredista, junto con la priista Barba y la celebrada Itzel, se fueron a la explanada a celebrar con los que consideraron que Dios los escuchó.
Los de Morena y naranjas se fueron con las colectivas a lamer heridas de la derrota, con una consigna clara: “pero volveremos”
