Parecería una locura o una desmesura equiparar o conjuntar en un mismo tema dos ciudades tan disímbolas como Las Vegas, Nevada, USA y León, Guanajuato, México; no obstante, hay muchos puntos en común entre ambas localidades en materia de anécdotas e interrelación, que en pláticas sabrosas con varios amigos leoneses nos entretuvieron en un bar viendo precisamente un partido de fútbol americano de los Raiders de Las Vegas, y de ahí surgió esta idea, además combinada con una nota periodística muy amplia sobre la situación económico-turística actual de Las Vegas, y el llamado de auxilio de la Alcaldesa Shelley Berkley.
Hace algunos años era muy conocido, pese a la discreción con que se actuaba, el sistema de promoción de llevar o invitar a jugadores y apostadores a Las Vegas, de cierto nivel económico, como industriales, comerciantes, agricultores y otros empresarios, a diversos hoteles de aquella ciudad, ofreciendo hospedajes gratuitos y otras atenciones para ellos y sus acompañantes.
Así llegaron a acudir periódicamente muchos personajes de esta región, inclusive otorgándoles crédito personal con base en su solvencia económica, previa investigación; obviamente que los promotores locales, contratados por los casinos más famosos, lo hacían por sus jugosas comisiones. A varios de nosotros trataron de convencernos, pero no era tanta nuestra solvencia.
En la plática se hizo mención a episodios de pérdidas millonarias en dólares de alguno de ellos; pero también cuando llegaron a ganar y a reponerse de aquellas pérdidas. Uno en particular, relató de un amigo entrañable de San Francisco del Rincón, a quien su esposa le insistía se retirara de ese lazo que lo ataba a un casino, quizá el más famoso de allá y liquidara su cuenta. Pero lo que no sabía su señora es que ya su deuda era alta y posponía su salida. Sin embargo, tuvo una jornada de suerte en uno de sus viajes y logró ganar en el Baccarat una cantidad considerable de más de $300 mil dólares con los que podría liquidar su cuenta de crédito y tener un excedente favorable.
El día que ya se retiraba con sus maletas en la recepción para salir al aeropuerto, pidió su cuenta y como siempre le informaron que no debía nada de hospedaje ni consumos, eran cortesía. Y al solicitar su cuenta de crédito de apuestas le llamaron a su ejecutivo para que lo atendiera. Éste, llegó muy amable y con una gran sonrisa felicitándolo por su buena racha en el día anterior. Le dijo que ya se había ajustado su cuenta, liquidando lo que debía y que dejaba un saldo a su favor para cuando regresara y le entregó una hoja con los datos.
Pero nuestro amigo respondió el ejecutivo que cerrara la cuenta y le entregara el saldo que necesitaba. El ejecutivo fue a llamar al Supervisor, para convencerlo que continuara. Él se mantuvo firme. Le llamaron por teléfono a su promotor en León, para orillarlo a seguir activo y no quiso.
La hora de su vuelo se acercaba, ya casi no había tiempo y por fin dieron la orden de entregarle su dinero, cerrar su cuenta y cancelar sus firmas en algunos títulos de crédito. Así se liberó de esa atadura, porque una vez enganchado es muy difícil salirse.
Ahora, he visto en un reportaje (13/octubre/2025 www.bbc.com. Leyre Ventas, corresponsal de BBC News Mundo en Los Ángeles) que la Alcaldesa Shelley Berkley, lanza el grito de “Por favor vengan. Los amamos los necesitamos y los extrañamos.” La súplica va para canadienses y mexicanos, cuyo bajón turístico en este año, desde enero a la fecha ha sido dramático. Las estadísticas que compartió el reportaje nos orientan: Canadá, casi como política de Estado, recomienda no viajar a Estados Unidos por la hostilidad de Trump contra ellos. Y en México la persecución migratoria, si bien no ha habido redadas en Las Vegas, la incertidumbre prevalece, los migrantes mexicanos, salen poco de sus casas, ahorran y no gastan en casinos ni en restaurantes o espectáculos. Los turistas han dejado de fluir como antes, disminuyendo en un 50% y hasta vuelos se han reducido de Aeroméxico y Volaris, sólo Viva Aerobús los mantiene.
Pero eso no es todo, la Sra. Shelley Berkley se queja también de las cadenas empresariales hoteleras, restauranteras y de espectáculos que no hacen nada para promover el destino turístico y han encarecido todo. La disyuntiva ahora es o te hospedas, comes y bebes o apuestas, pero no puedes gastar en todo. Ella misma relata que inició desde abajo, como empleada del Sand’s y se podía desayunar con $3.99 dólares, o comer un buen buffet con $6.99 dólares, eso ya no. Otra reportera explica con videos desde el aeropuerto, otrora aglomerado a toda hora, cómo de las 4:00 a las 6:00 A.M. está todo vacío, sin vuelos ni de llegada ni salida. Las Vegas ya duerme. Una Taxista lamenta que sólo obtiene para pagar su renta y alimentos, pero ya no puede cubrir la mensualidad del pago de su auto, el pasaje ha bajado un 50%, casi como en el 2020 con la pandemia del COVID. Han disminuido congresos y convenciones por caros.
El lamento de Shelley Berkley es real: “Con México solíamos contar con una serie de grandes apostadores que ahora mismo no están interesados en venir”. Pues la señora Berkley ya no contará al menos con varios grandes apostadores leoneses, unos porque ya fallecieron y otros, porque ya no les fue atractivo.