Urna electrónica ¡Ya!

Voto electrónico, una opción para México.

La elección del 2021 conocida como elecciones intermedias por no disputarse ni Senadurías ni la Presidencia de la Republica están a la vuelta de la esquina, si bien falta más de un año para llegar a la jornada electoral, la elección se prepara desde cuando menos 8 meses antes (noviembre del 2020), por lo que los órganos electorales que deberán de desahogar aquellos procesos van apuntalando sus presupuestos y acciones en torno a las primeras tareas pre-electorales que ejecutaran a finales del próximo año venidero.

Resulta de suma importancia entonces impulsar las tareas e innovaciones que pudieran ejecutarse en los próximos comicios electorales y de ahí nace la importancia de poner en el debate y análisis la conveniencia de la urna electrónica, un instrumento que ya deberíamos de haber ejecutado y que por desconfianzas y poca socialización de sus beneficios se ha quedado en el tintero de las tareas electorales en nuestro país, es por ello que me permito hacer de su conocimiento en este articulo la exposición de la problemática.

En la elección del 2018, las elecciones más caras de nuestra historia (siempre suelen ser las más caras elección tras elección), se ejercieron 24,215 MDP, una cantidad sin duda escandalosa pero es importante conocer su diseccionamiento y para efecto de este articulo valdría la pena poner a consideración las siguientes cifras:

  • 3,000 MDP se gastaron en la contratación de capacitadores y supervisores.
  • 210 MDP se destinaron para la impresión de 284 millones de boletas (76 centavos cada una de ellas) para la elección de Presidente, Senadores y Diputados Federales.
  • 140 MDP fueron destinados para material como mamparas, urnas y tintas indelebles para las más de 156 mil casillas que se instalaron en el país

Para efecto del presente análisis estas son las cifras más significativas dentro del ejercicio presupuestal para la elección del 2018, sin embargo existen otros datos mucho más bromosos como por ejemplo que el INE consume 17,426 MDP en su estructura administrativa para el año electoral o que a los Partidos Políticos se les destinaron casi 7,000 MDP, muchas de esas cantidades resultan inevitables ya sea por mandato de ley o por simple necesidad de operación, sin embargo la propuesta es abordar la mejora de aquello que podemos perfeccionar y mucho se lograría con la utilización de la votación electrónica; En resumen podríamos decir que existen 3,350 MDP que podríamos reducir a un mínimo indispensable si se implementara la urna electrónica.

En países como Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela, Colombia, Perú y Panamá la urna electrónica es ya una realidad y se está operando con regularidad cuando menos de manera parcial, México al igual que Uruguay y Chile son de los pocos países que no han explorado el tema.

SENTIDO ECOLOGICO.

Muchas son las razones para ir avanzando en la urna electrónica, pero sin duda una de la más contundente de todas es la que tiene que ver con la conciencia ecológica, la impresión de 284 millones de boletas (para las 3 elecciones) implica el consumo de 2,080 toneladas de papel que dicho sea de paso tiene componentes que los distinguen y hacen especial como las fibras de colores y que además solo es impreso para efectos electorales.

Añadir a lo anterior las miles de toneladas utilizadas en la impresión de los listados nominales, así como el  polietileno, plástico y demás materiales industriales utilizados en la elaboración de las mamparas y urnas, que dicho sea de paso tienen especificaciones técnicas estrictas que encarecen su adquisición.

Si bien es cierto que todo este material es reutilizable cuando muestra condiciones de funcionalidad y/o bien reciclado cuando resulta su baja definitiva, la simple fabricación de todos estos aditamentos provoca una contaminación inevitable además de encarecer el costo de la elección.

URNA ELECTRÓNICA REUTILIZABLE.

Si bien la urna electrónica significa una inversión importante en aparatos previamente diseñados y de los cuales por cierto el INE ya tiene la patente, también es cierto que su fabricación resulta una inversión a largo plazo y que evitaría la impresión de tantas boletas no por un proceso electoral si no para varios de estos, y a diferencia de las urnas y mamparas que si bien también se reutilizan, la urna electrónica suele ser más durable y de mayor utilidad, pues proceso con proceso podrán actualizarse bajo un mantenimiento que no implica necesariamente el desgaste de materiales no electrónicos.

Se calcula que el costo de una urna electrónica ronda los 25 mil pesos (con datos del Instituto Electoral de Coahuila), sin embargo esta fuerte inversión puede ser menor de manera unitaria si se consolidan compras y se abaratan costos, sin que ello sacrifique la funcionalidad de una inversión que como se ha dicho, será para reutilizar en el futuro, además que es una inversión que iría por etapas y dando cobertura regionales hasta consolidar todo un sistema nacional.

No resulta entonces un gasto desproporcionado e inútil, es una inversión a largo plazo con garantía de reuso.

TRANSPARENCIA ELECTRÓNICA Y BLINDAJE ELECTORAL.

Lejos quedaron esos tiempos en los que no confiábamos en lo que no veíamos o entendíamos, las urnas y boletas impresas son de esos tiempos, hoy en día sabemos que aun cuando resulta electrónico los sistemas pueden automatizar accesos, brindar seguridad  y que digital no es sinónimo de vulnerable, la famosa “caída del sistema” que estigmatizo la elección de 1988 resultaría hoy en día burda e imposible, cada vez más la sociedad se ha familiarizado con la supervisión y rastreo de datos digitales, tal es el caso  que hoy en día cada vez son más populares la banca electrónica y plataformas digitales, las cuales han abonado a una cibercultura digital.

RESPALDO SOCIAL.-

En una encuesta realizada por PARAMETRIA hecha casa a casa a mediados de este año 2019 arrojo una importante aceptación por la votación electrónica, 7 de cada 10 consultados se mostró a favor de que sea una maquina la que recabe la votación en las elecciones.

Uno de los errores más comunes no se presenta en el sufragio del voto si no en el cómputo y conteo de los resultados por los funcionarios de casilla al momento del cierre de la elección, así lo han demostrado los reconteos realizados en las distintas elecciones, por lo anterior resulta entonces atendible que 44% de los encuestados se pronunciaron porque son los funcionarios de las mesas receptoras de voto los que cuentan mal los sufragios recibidos.

El 57 % considera como un avance que se implemente la urna electrónica porque permitiría ahorrar dinero que está destinado a capacitación de supervisores y funcionarios de casilla.

Como se puede comprobar la resistencia al cambio tecnológico es cada vez menor y está dejando de ser una condición que limite la evolución electoral en México.

Visto y explicado lo anterior resulta útil exigir a nuestros representantes ante el Senado y la Cámara de Diputados, trabajen en pro de la urna electrónica, resulta indispensable atender la mucha agenda de trabajo que tiene el Instituto Nacional Electoral en el desarrollo del “Voto Electrónico”, han sido los Institutos Electorales de los Estados quienes ya pueden compartir experiencias exitosas al respecto allanando con ello el camino.

Si bien nuestra democracia es joven no podemos permanecer estáticos ante las ventajas que nos brinda hoy la nueva era en que vivimos, la desconfianza gobierna la participación política electoral en cada elección, no permitamos que estos procesos electorales que invariablemente resultan costosos, no tengan la oportunidad de perfeccionarse y evolucionar por una desconfianza que solo deja visible nuestra ignorancia de lo mucho que puede ayudar la tecnología.

Ya sea por sentido ecológico, exigencia social, seguridad tecnológica o hasta por austeridad que ahora esta tan de moda, es imperante exigir: URNA ELECTRONICA ¡YA!