Una economía que no avanza en productividad

Alejandro Gómez Tamez
Maestro Alejandro Gómez Tamez, analista de Platino News

Después de conocer que la inflación anual de febrero fue de 7.28%, debemos insistir en la importancia de los incrementos de la productividad como elemento indispensable para poder mejorar los niveles de ingreso de la población ocupada, sin que esto se traduzca en más presiones para los costos de las fuentes de empleo. Además de lo anterior, el incremento de la productividad es indispensable para poder aumentar la atracción de inversión productiva, de manera que la principal ventaja competitiva de México  a nivel global deje de ser la mano de obra “barata”. No obstante lo anterior, de manera lamentable, en nuestro país la productividad laboral no solo no ha crecido, sino que ha venido disminuyendo en los últimos años.  En esta entrega analizamos este hecho.

Debemos comenzar mencionando que en esta entrega debemos entender como productividad laboral a la aportación  promedio al Producto Interno Bruto (PIB) por persona ocupada; es decir, es la riqueza que en promedio genera cada persona que tiene un puesto de trabajo, con independencia de si está en la economía formal o informal.

Con esto en mente tenemos que el INEGI dio a conocer los datos del Índice global de productividad laboral de la economía con base en la población ocupada, correspondiente al cuarto trimestre de 2021, por lo que ya podemos hacer la valoración completa de lo sucedido en el año que recién terminó. Con series originales, vemos que en general la población ocupada ha crecido a una tasa más elevada de lo que ha aumentado el PIB, por lo que la productividad ha ido retrocediendo. A continuación vemos el detalle de las cifras, analizando lo sucedido entre 2020 y 2021 y posteriormente de lo que pasó entre 2018 y 2021. El análisis se presenta para la totalidad de la economía y a nivel de grupos de actividad  económica.

Total de la economía

En cuanto al total de la economía, el índice global de productividad laboral retrocedió -3.4% en el 2021, lo cual se debió a que el PIB aumentó 4.7%, pero la población ocupada creció 8.4%. La situación es aun más grave cuando vemos que entre 2018 y 2021 dicha productividad disminuyó 7.2% producto de que el PIB presenta una contracción de -3.7% en un contexto en el que la población ocupada creció 3.8%.

Esto indica que en promedio la gente que ahora está trabajando genera menos PIB de lo que aportaba hace tres años.  Uno pudiera pensar que esta considerable caída en la productividad de la mano de obra se dio porque aumentó la participación de la informalidad laboral, pero no es el caso. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, la tasa de informalidad laboral pasó de 56.5% de la población ocupada en 2018 a 55.8% en 2021. Este punto es relevante, y vale la pena recordar que el INEGI recientemente informó que en 2020 el 56% de los ocupados en México laboraba en la economía informal y sólo generaron el 22% del PIB; mientras que el 44% de ocupados estaba en la economía formal y generaron el 78% del PIB. Queda claro pues que una persona promedio en la economía informal produce aproximadamente una cuarta parte de lo que produce una persona en la economía formal.

¿A qué se debe que crezca más la población ocupada que el PIB? Principalmente a la falta de inversión  productiva en un contexto en el que muchas empresas o unidades económicas exhiben rendimientos marginales decrecientes de la mano de obra. Hace falta pues un salto que sólo se logrará invirtiendo en maquinaria, equipo y capacitación.

Actividades primarias

En las actividades primarias, mismas que se refieren a las actividades de agricultura y ganadería principalmente, vemos que la productividad laboral disminuyó -4.8% entre 2020 y 2021, aunque la buena noticia es que en el periodo de 2018 a 2021 muestra un ligero incremento de 1.3%.  La razón de la caída de la productividad entre 2020 y 2021 es que el PIB creció apenas 2.9%, pero la población ocupada aumentó 7.6%; mientras que la razón del pequeño aumento registrado entre 2018 y 2021 es que el PIB creció 2.9%, mientras que la población ocupada aumentó sólo 1.5%.

México ha modernizado su sector primario y se ha ido moviendo hacía el cultivo de hortalizas, tecnificando e innovando en los procesos productivos, lo que se ha traducido en este pequeño aumento de la productividad.

Índices de Productividad Laboral, Producto Interno Bruto (PIB) y Población Ocupada (PO), Base 2013 = 100

Economía total y actividades primarias

 

Total

Primarias

Periodo

Productividad Laboral

PIB

PO

Productividad Laboral

PIB

PO

2018

104.8

113.2

108.0

116.6

116.3

99.9

2019

101.8

113.0

111.0

116.0

115.9

100.0

2020

100.6

104.0

103.4

124.1

116.3

94.2

2021

97.2

108.9

112.1

118.1

119.6

101.4

2020 – 2021

-3.4%

4.7%

8.4%

-4.8%

2.9%

7.6%

2018 – 2021

-7.2%

-3.7%

3.8%

1.3%

2.9%

1.5%

Fuente: Elaborado por GAEAP con datos de INEGI

Actividades secundarias

En el caso de las actividades secundarias, mismas que están conformadas por las industrias de la  minería; construcción; electricidad, gas y agua; y manufacturas, vemos una situación preocupante ya que en el periodo de 2020 a 2021 la productividad laboral disminuyó 3.2% producto de que el PIB avanzó 6.5%, pero la población  ocupada creció 9.8%. Pero para el periodo de 2018 a 2021 la situación es aún más grave porque la productividad laboral muestra un retroceso de -6.7% producto de que el PIB se contrajo -5.6% y la población ocupada creció 1.1%.

Dentro del comportamiento de la productividad industrial, es relevante lo que sucede con la industria manufacturera. Los indicadores de INEGI muestran que la productividad laboral (medida como el cociente del volumen físico de producción entre el personal ocupado total) muestra un incremento de 7.9% entre 2020 y 2021; sin embargo, en el comparativo 2021 respecto de 2018, la productividad laboral muestra una caída de  -0.6%. Este dato es preocupante porque en este periodo las grandes potencias manufactureras a nivel mundial aumentaron su nivel de producto por trabajador ocupado en una mayor tasa.

Actividades terciarias

Finalmente, en el caso de las actividades terciarias, conformadas por el comercio y los servicios, la situación es aún más grave. En el periodo de 2020 a 2021, el índice de productividad laboral disminuyó -3.6% derivado de que el PIB sólo creció 4.1%, mientras que la población ocupada aumentó 7.9%. Para el periodo de 2018 a 2021, la productividad laboral retrocedió -8.1% ya que el PIB ha disminuido -3.2%, mientras que la población ocupada creció 5.4%.

En este aspecto, se debe destacar que el retroceso de la productividad laboral de las  actividades terciarias es preocupante porque es el sector de actividad de mayor peso en el PIB. Por lo que si éste cae, arrastra hacía abajo la productividad del resto de la economía.

Índices de Productividad Laboral, Producto Interno Bruto (PIB) y Población Ocupada (PO), Base 2013 = 100

Actividades secundarias y terciarias

 

Secundarias

Terciarias

Periodo

Productividad Laboral

PIB

PO

Productividad Laboral

PIB

PO

2018

89.4

104.2

116.6

110.5

117.7

106.5

2019

87.0

102.3

117.6

106.8

118.3

110.8

2020

86.1

92.3

107.4

105.4

109.4

103.9

2021

83.4

98.4

118.0

101.6

113.9

112.2

2020 – 2021

-3.2%

6.5%

9.8%

-3.6%

4.1%

7.9%

2018 – 2021

-6.7%

-5.6%

1.1%

-8.1%

-3.2%

5.4%

Fuente: Elaborado por GAEAP con datos de INEGI

Conclusiones

Como ya se mencionó, el hecho de que la productividad de la economía haya retrocedido en lo que va del actual sexenio federal, dificulta las posibilidades de las empresas de crear mejores puestos de trabajo con remuneraciones más elevadas

¿Qué hacer para revertir esta caída de productividad? Pues sin duda haciendo que el PIB crezca a una tasa más elevada de lo que crece la población ocupada, pero esto sólo se logrará a través de fuertes incrementos en la inversión fija bruta que nos hagan salir de la situación de rendimientos marginales decrecientes en la que estamos. Pero la realidad es que el gobierno federal no hace mucho para facilitar el clima de inversión productiva en el país y por el contrario, ha mostrado desdén hacía el sector empresarial.

Hay tres acciones fundamentales para elevar la productividad de la mano de obra, y son: 1. Elevar el nivel de capacitación y competencias de la población económicamente activa, 2. Generar un entorno económico propicio y amable con la inversión y 3. Brindar incentivos fiscales a la inversión productiva de manera que las empresas puedan adquirir más y mejor maquinaria y equipo.

Si bien es verdad que hay sectores en los que la productividad va avanzando, lo más seguro es que en lo que resta del actual sexenio, la productividad laboral siga cayendo para el promedio de la economía nacional, lo cual es la fuente de empleos mal remunerados. Y pues tampoco vamos a poder explotar esta ventaja competitiva a nivel internacional, ya que de nada sirve tener sueldo bajos cuando la riqueza generada por persona ocupada es baja.