Tristemente sí fui a votar

Mtra. Katya Morales, analista en Platino News

En un total desacuerdo con la reforma, con una furia infinita de ver la burla en que se ha convertido nuestro país, fui como un último acto de defensa a la impartición de justicia, fui a votar por los candidatos y candidatas que sí valen la pena, que saben lo que es juzgar, que han vivido la intensidad del juzgado, por aquellos que nunca debieron haber quitado.

Fui porque, aunque nos estén partiendo la cara me quería quedar con la paz de haber metido las manos. Fui porque la apatía y la cancelación nunca han sido herramientas eficaces contra la tiranía y el autoritarismo.

La casilla estaba vacía, totalmente vacía, no poquitos, nadie. Los funcionarios, ciudadanos, vecinos que están haciendo también lo que pueden por México se alistaron en cuanto nos vieron aparecer, nos atendieron de inmediato y fueron amables. Nos entregaron 6 boletas una grande para la corte y 5 chicas para todo lo demás.

Las mamparas de votación tenían una privacidad limitada, ni importaba tanto porque al estar vacío pues nadie te veía, pero si hubiera habido gente bien podrían haber estado vigilando por quien votabas.

El tamaño de la letra en las boletas era mínimo, tipo caja de medicinas, si alguien no ve bien de cerca era una tarea imposible votar sin lentes.

Así que no solo no eran accesibles al no tener sistema braille, sino que tampoco podían funcionar para quienes tenemos ya la vista cansada.

Yo tengo la letra horrible, el número 3 por lo general me sale chueco, tenía yo en cada trazo el temor de que el voto fuera anulado por que no entendieran mis garabatos, no sabía si se podía remarcar o no, ¿Si te equivocas lo tachas y lo pones al lado, o que haces? Mi hija se empezó a estresar con las especialidades dentro de las boletas de jueces de distrito y magistrados de circuito, sobraban casillas, las dudas del correcto llenado eran evidentes ¿si dice que elija uno, pero hay dos casillas con el mismo color qué debo hacer?

Aunque estudié y practiqué en la página del INE, aunque no había nadie ni antes ni después de mí, me tardé 10 minutos en votar y salí triste, infinitamente triste de ver la farsa democrática en que estamos convirtiendo la impartición de justicia en el País.

Con esto estamos sepultando los mecanismos de designación de jueces, magistrados y ministros que, si bien tenían fallas, hubiera sido bueno arreglarlos precisamente al revés, eliminando las manos negras, no colocándolos a todos en ellas.

Con esto nos estamos entrenando para aceptar votaciones inseguras, inciertas y confusas.

Un virus debe procurar no matar al individuo que ataca porque si lo mata se queda sin donde vivir y de donde alimentarse. Ojalá en algún momento este gobierno haga esta reflexión y entienda que tampoco le conviene acabar con México, por su propio bien, porque cuando hayan terminado con todo, ellos mismos no tendrán de quien vivir.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España. Presidenta de la Barra Mexicana de Abogados en el Estado de Guanajuato