Todos somos Marcelo, nuestro colega abogado asesinado al resistirse a un asalto; todos somos el empresario que fue muerto en un asalto cuando llevaba el dinero de la nómina; todos somos Israel, el periodista acribillado cuando cumplía con su trabajo; todos somos Víctor Manuel, el otro reportero desaparecido, junto con los miles desaparecidos en el estado. Todos somos cada una de las víctimas de la violencia que nos ahoga día con día.
Cada víctima es una historia humana que no debe ser solo un número, en una entidad que se ha convertido en la más violenta del país y con ciudades que ahora figuran entre las más violentas de México y del mundo.
Como presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato, expresé nuestro dolor y nuestra indignación por la pérdida de nuestro joven amigo Marcelo Herrera Herrera, asesinado de manera atroz y cobarde. Nos unimos a la pena que embarga a su familia, pero nos solidarizamos y gritamos porque tenemos hambre y sed de justicia.
No pedimos, nos manifestamos y exigimos que se investigue hasta sus últimas consecuencias, que se dé con los responsables de este crimen y que se aplique todo el peso de la ley, porque la reflexión que queda es que toda esta violencia ocurre por el grado de impunidad que existe: en Guanajuato solo 2% de los homicidios se esclarecen y se procesa a algún culpable.
Todo esto ocurre en medio de noticias como la del Séptimo Congreso Internacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, en la que se dieron ponencias importantes que esperemos que no pasen de noche a nuestras autoridades, pero que también sirvió para justificaciones y la aceptación de que no es fácil frenar la ola de homicidios dolosos en la entidad.
Se habla siempre de regenerar el tejido social para disminuir los índices delictivos y este concepto se ha convertido en un lugar común, en una cantaleta trillada, porque el tejido social se regenera con verdadera justicia social, con oportunidades de desarrollo en todos los órdenes, que no han sabido generar nuestros gobiernos.
Los observatorios ciudadanos, el Nacional, el de Irapuato y el de León, se unen para señalar los incrementos de índices delictivos, pero también para proponer acciones por parte de todos los sectores sociales.
Guanajuato es un estado pujante como lo dice el gobernador Diego Sinhue, y es cierto; León es una ciudad con la quinta economía del país, como lo señala el alcalde, Santillana, y es cierto; pero también es cierto que nuestro Estado y nuestro Municipio no tienen la capacidad para enfrentar al crimen, como lo señala señaló Francisco Rivas Rodríguez, director del Observatorio Nacional Ciudadano, con quien coincido.
¡Ya basta! es una de nuestras expresiones y nuestras exigencias ante la autoridad y que, si no pueden, ¡renuncien!, como dijo alguna vez el empresario Alejandro Martí, quien perdió a su hijo Fernando a manos de una banda de secuestradores.
Hoy, no solo los abogados estamos consternados, sino toda la sociedad, por eso digo que todos somos Marcelo Herrera, y todos somos Israel, y todos somos Víctor Manuel, y todos somos cada uno de los nombres de los inocentes asesinados, asaltados, extorsionados.
Todos somos cada una de esas personas desaparecidas y cuyos familiares buscan en las fosas clandestinas, esas personas que para la autoridad son solo números, pero para sus familiares y amigos son seres amados que tienen un nombre, una historia, una vida, o a lo mejor ya no.
