Tiempo de definiciones

Jorge Marcelino Trejo. Foto: Archivo

En días pasados Marcelo Ebrard realizó una gira por el estado de Guanajuato. Primero fue a Salamanca donde atestiguó una oficina de Pasaportes que ayudará a la población de esa zona para contar con el documento. En un segundo momento, acudió a la presentación de su libro El Camino de México en la Feria Nacional del Libro de León.

Pero en medio de la agenda, hubo momento para comer con al menos 140 empresarios de la región quienes tuvieron la posibilidad de escuchar el planteamiento claro y concreto de Marcelo Ebrard sobre economía, política interior y exterior, crecimiento como país y seguridad pública.

Aclaro que fue un momento en el cual los empresarios volvieron a preguntar al político mexicano su interés por gobernar el país. Para nadie es desconocido pero, de viva voz, volvieron a escuchar su interés y la experiencia que ha acumulado para este momento histórico. Seguir la continuidad de esta transformación bajo una óptica de inclusión, diálogo y, sobre todo, prosperidad para todas y todos.

Fue en ese marco que Ebrard Casaubón, mencionó que el proceso interno en el cual está imbuido ya Morena para buscar a su abanderado presidencial, requiere de reglas claras, que sean de frente a la sociedad y donde exista piso parejo para los interesados.

Primero, sugirió que los que estén interesados para participar, deben considerar una fecha para separarse de sus cargos públicos a fin de que no exista una confusión sobre su papel público y su interés político.

Segundo, postuló que quienes estén interesados, deben participar en debates públicos a fin de que la población conozca cuáles son los planteamientos que llevan y con los que llegan para ser electos de manera libre y democrática por la ciudadanía.

Y, tercero, consideró que se requiere una encuesta abierta a la población con una sola pregunta: ¿Quién considera que debe abanderar este proyecto?. Si bien la pregunta aún debe ser analizada, la consideración es que debe ser lo suficientemente clara para que la población decida sin sesgos ni cargadas veladas.

Estas propuestas fueron bien recibidas por los hombres de negocios de la región pues no se trata de una inducción para ver quién puede seguir abanderando el futuro de este gran país, sino de una postulación para que se llegue a una toma de decisiones informada, mesurada y libre.

Marcelo Ebrard estuvo en casa, con amigos quienes extendieron su mano y se dijeron dispuestos a participar en ese cambio que anhelamos todas y todos, donde este país comience a prepararse para el crecimiento y la consolidación de una Cuarta Transformación.

Nuestro invitado fue claro: sí quiere ser presidente, pero deben existir reglas claras para los participantes. Sólo así se logrará elegir entre los interesados a quien esté capacitado en encabezar un proyecto en el que podamos participar todas y todos.

Más tarde y ya en la Feria Nacional del Libro, Marcelo tuvo una charla franca con la ciudadanía que llegó interesada en escucharlo y donde reiteró a pregunta expresa sobre si quiere ser presidente de México que sí. Pero insistió, para ello debe cruzar un proceso que debe ser democrático.