El hombre enamorado, aquel que con toda intensidad quiere, desea y ama a una mujer, está dispuesto a todo por estar con ella, pero, sobre todo, a que dicha mujer sea solamente para él.
Dicen que el amor es ciego, pero además es irracional y esto es una condición que lleva a cualquier persona a realizar cosas que, como luego se dice, en su sano juicio no realizaría.
Hoy estas líneas están centradas básicamente en los hombres, aunque es de competencia de todo mundo, pues quien haya estado enamorado seguramente sabe de lo poco reflexivo que se es en este estado, que realiza de todo con tal de lograr el objetivo.
Los límites sociales, propios y normados por el superyo, no son suficientes para que el comportamiento del enamorado se limite. No hay propiamente restricciones y todo es justificado en pro de lograr el objetivo.
Vamos, dice el enamorado, el amor lo justifica y lo entiende todo. Es por eso por lo que realizan una serie de cosas, que a los ojos de otros no tiene razón de ser. Muchas actitudes y conductas limites, al margen de las buenas costumbres, de la moral, de las buenas maneras e incluso al margen de la ley.
El amor, así se dice, no conoce de diferencias económicas, políticas, sociales, académicas, edades. El amor justifica y normaliza todo y lo hace ver como correcto, legitimo, adecuado.
Así actúa el Sujeto que mata a su amada, hoy tipificado como feminicidio. Te quiero solamente para mí y una vez que está muerta la mujer amada, ya no podrá estar con alguien más.
No se está en capacidad de medir las consecuencias, las cuales no le importan al enamorado. Éste, quiere lograr su objetivo y lo va a obtener a cualquier precio, va a correr los riesgos que sean necesarios, va a transgredir las normas, las leyes, todos los principios morales, religiosos, sociales a los que ha estado sujeto y con los cuales ha sido educado.
El feminicidio, es un acto irreflexivo, perpetrado por un enamorado.