Guanajuato, Gto., 12 de noviembre de 2024.- Este martes Takero Aoyama anunció su llegada como el nuevo Cónsul General del Japón en León. En un comunicado se informó que de manera previa se desempeñó como Consejero para Asuntos Económicos en la Embajada del Japón en México del 2015 al 2018.
“Tengo la intención de renovar el espíritu y, teniendo en cuenta todos sus consejos y sugerencias, trabajar junto a mis colegas del Consulado General para cumplir con nuestra misión. Espero poder trabajar con ustedes”, citó.
Además mencionó que la misión del Consulado General en León es apoyar las actividades de las empresas japonesas, a los residentes japoneses y los ciudadanos de origen japonés que se encuentran radicando en estos estados, desarrollando aún más las relaciones de amistad y cooperación entre Japón y México.
Informó que el volumen del comercio bilateral es ahora de 20.000 millones de dólares. Además, el número de bases de empresas japonesas en México ha alcanzado aproximadamente las 1 mil 500, el mayor en la región latinoamericana, de las cuales, más de la mitad de ellas operan en los seis estados sobre los cuales el Consulado General tiene su jurisdicción que son Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas.
“Cuando me nombraron Cónsul General, tomé uno de mis libros favoritos, “Samurai” de Shusaku Endo, y volví a leerlo. El protagonista de esta novela es Tsunenaga Hasekura que era el jefe de una delegación enviada a México (entonces Nueva España) para cumplir una misión ordenada por el señor feudal de Sendai, Masamune Date.
“La misión encomendada a la misión dirigida por Tsunenaga Hasekura consistía en abrir relaciones comerciales directas entre Japón y México. La delegación partió de Japón en 1613, cruzó el Océano Pacífico en barco, visitó México (Nueva España) y tuvo una audiencia con el Virrey, luego cruzó el Atlántico hasta Europa y tuvo una audiencia con el Rey de España y el Papa, pero finalmente regresó a casa en 1620 sin completar su misión. En aquella época, el gobierno japonés, el shogunato Tokugawa, había prohibido el cristianismo y se encaminaba hacia el aislamiento nacional”.