León Gto., a 20 de noviembre de 2021.- Quizá muchos jóvenes no lo sepan, pero es real que en León el cambio climático es visible, tal vez mayor que la media en el mundo, porque las modificaciones se dan en distintas escalas por regiones y estas influyen en la del Planeta.
En los últimos 40 años, los climas son cada vez más extremos en León. Se registró una nevada incluso en un mes de marzo en víspera de la Semana Santa; y en los meses calurosos hemos superado los 40 grados.
Nadie en el mundo se va a preocupar por nuestro problema si no lo hacemos nosotros mismos. No tenemos que pagar para conocer las variaciones en la temperatura porque ya las registran las estaciones meteorológicas del SAPAL.
En la Tierra, la temperatura se ha incrementado 1.3 grados luego de la Revolución Industrial, pero en León las variaciones son de más de 2 grados.
El Programa Municipal de Cambio Climático de León (PMCC) que el Municipio encargó al Centro Mario Molina, no debe ser la normatividad ambiental.
El PMCC pretende una “mitigación acumulada de 1.5 millones de toneladas de dióxido de carbono al año 2030”, y dice que esto se lograría con la disminución del 58% de emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, eso y más se lograría con el programa de verificación vehicular, que a la fecha solo cumple el 27% de las 700 mil unidades existentes.
Como propuesta más amplia, que haré llegar al Municipio, gracias a la apertura que tiene la Alcaldesa Alejandra Gutiérrez, puedo mencionar algunos tópicos.
En materia de reforestación sabemos que León sólo tiene tres pequeños pulmones arbolados: los parques Hidalgo, Metropolitano y Explora, lo que es deprimente para la tercera ciudad más poblada del país.
Si cada leonés planta y cuida un árbol, lograríamos un millón 700 mil seres vivos que nos ayudarían a paliar el cambio climático. Si cada hogar capta agua pluvial, si instala calentador solar y placas para generación de electricidad, empezaríamos un círculo virtuoso hasta cerrarlo.
Se deben analizar y copiar políticas de ciudades sustentables en el mundo, pero tropicalizarlas a nuestra realidad y no a la de ellos, como se hizo con el SIT.
En materia de movilidad, del transporte público, las tendencias eficaces van al incremento del uso de la energía eléctrica, pero en todos los temas se deberá trabajar con planes definitivos como es la industria, el uso del agua, los residuos sólidos, las ladrilleras, el comercio y el campo.
Hoy no se puede pensar en qué vamos a hacer frente al calentamiento global, sino de qué forma tenemos que convivir con él, pero no para acostumbrarnos sino para disminuirlo en todo lo posible y lo imposible.
Combatir la problemática no es un asunto de Gobierno, no es un asunto de empresarios o de sociedad y sí lo es de Ciudad en su conjunto.
El mensaje de la Cumbre Climática de Glasgow es que no hay mañana porque el hoy, incluso ya es tarde.
