Sonidos desde la negritud

Fernando Cuevas, analista y columnista Platino News.

Quince álbumes editados el año anterior que se inscribieron en los campos del Hip-Hop, el R&B, el soul y el afropop, denotando los influjos que siguen palpitando fuerte desde estos géneros ya globales. Veamos.

Un trío de discos que representan la quinta entrega de sus respectivas trayectorias: Kendrick Lamar reflexionó sobre temas relacionados con los vínculos familiares, divinos y hasta con la fama a través de Mr. Morale and the Big Steppers, prolongada declaración de principios dividida en dos partes donde caben la autocrítica y la aceptación de las propias falencias en sentido tono poético; entre los diversos invitados, aparece Beth Gibbons de Portishead. Abel Makkonen Tesfaye, bien conocido como The Weeknd, produjo el radial Dwan FM, en el que nos saca a la estratósfera y nos pone a bailar, entre pasos de electrofunk, parloteos de Jim Carrey y con Tyler the Creator como invitado, mientras que Earl Sweatshirt se orientó a pensar tiempos pandémicos en Sick, con apuntes sobre la paternidad y ediciones arriesgadas.

El neoyorquino Nas propone la tercera entrega de las enfermedades monárquicas en King’s Disease III, su decimosexto álbum en el que desenrollar sus rimas sobre un tapete soul, entre la mirada bien puesta hacia el futuro y la escucha de la tradición hipopera de los noventas, recuperando infancias perdidas e historias definitorias, mientras que desde Florida, Denzel Curry también posó su fluido discurso hacia el frente a través de Melt My Eyez See Your Future, creativa y transparente declaración de principios con acentos jazzeros y orgánicas composiciones, mientras que desde el este de Londres, Kojey Radical combina con destreza Hip-Hop, R&B y jazz para compartirnos Reason To Smile, redención más allá de la frivolidad triunfalista.

En su opus tres titulado Hugo, el rapero británico Loyle Carner continúa con la sensibilidad letrística de sus discos predecesores y una producción más pulida, expandiendo las armonías que se desplazan sobre las recitaciones, bien acompañadas por los coros, y que reflexionan sobre el propio lugar en el mundo. Pusha T, en su cuarto lance llamado It’s Almost Dry, invitó a pura gente ilustre para desplegar un dinámico flow que recorre asuntos personales y sociales con la necesaria capacidad descriptiva, tal como la desarrolla el joven de Chicago, Tahj Malik Chandler, nombrado Saba, quien nos comparte Few Good Things, como para rescatar un cierto aliento positivo entre tantos nubarrones.

Por su parte, la banda nigeriana Ibibo Sound Machine continuó con su fresco y contagiante funk aderezado por un afropop que confluye con artilugios electrónicos en el bien recargado Electricity, en tanto Xavier Amin Dphrepaulezz, conocido como Fantastic Negrito se consolidó en la música de raíces con White Jesus Black Problems, atravesando notas bluseras, de R&B y rocanroleras con un particular toque de actualización, como la revisión que hace de la esclavitud y las relaciones interraciales. Y Steve Lacy, de la banda Internet, puso a girar también la tesitura R&B en torno al soul con el casco bien puesto para disfrutar la frescura del recorrido entre amaneceres y malos hábitos, bajo el manto de Gemini Rights.

En vertiente afropop, Wizkid propone More Love, Less Ego, abriendo la puerta al Hip-Hop, al dancehall y a ritmos latinos como para conectar manifestaciones de aquí y allá y apostarle, efectivamente, al sentido de comunidad. Vieux Farka Touré, cantante y guitarrista maliense bien aferrado a las raíces de su tierra y de África, la patria grande, entregó Les Racines, pleno de consciencia social que se catapulta a partir de sonidos tradicionales en pleno encuentro con el blues. Y Robert Glasper se encargó de confirmas su importante presencia en la escena con Black Radio III, secuela tardía pero brillante en la que otra vez caben las combinaciones de spoken word, jazz, soul y Hip-Hop, integradas por una mano maestra.