Parece absurdo la idea de que sobrevivimos en una rutina cotidiana, tal vez varios lectores, estén poniendo en duda esta idea, o bien, dirán que ellos nunca han sobrevivido en algunas situaciones.
Pero utilizo el término de sobrevivir, porque en ocasiones enfrentamos situaciones que no teníamos previstas, dolorosas, que crean a nivel cerebral un choque de creencias y sentimientos, poniendo en duda todo a nuestro alrededor, al igual que a nosotros mismos. En ocasiones imposibilitando el irnos o defendernos de manera adecuada para nosotros.
Y el problema no es sobrevivir, sino tomarlo como un estilo de vida, quedarnos más tiempo de lo previsto, influenciando de manera negativa a nuestro alrededor. Y es que como sociedad tenemos muchos errores de pensamiento que nos llevan a justificar comportamientos (violentos) que no debemos aceptar.
Si bien las situaciones traumáticas que enfrentamos llevan un proceso a nivel emocional y cerebral, en el cual debemos pasar por esta conciencia, aceptación y acción, que lleva un tiempo diferente para cada uno, el cual no se debe presionar ni invalidar. Pues en esta aceptación y acción debemos tomar decisiones que cambien todo nuestro estilo de vida y bien nuestras creencias, que suena fácil, pero no lo es.
Y es que nadie sale ileso de la vida, solo debemos aprender a enfrentar los retos que está nos presenta, desarrollar nuestras herramientas internas, crear vínculos que nos acompañen en este proceso y nos orienten en la toma de decisiones, preguntarnos si lo que estamos haciendo o como estamos dirigiendo nuestras vidas está valiendo la pena.
Y puede ser que aceptes el sobrevivir en esta etapa de tu vida, pues, las situaciones que la engloban no son tan fáciles de cambiar, o de alguna manera, nos está beneficiando en otras áreas que también son importantes. Pero eso no significa que te tengas que resignar a sobrevivir siempre.
¿Y qué podemos hacer, para dejar de sobrevivir?
Primero debes estar listo para hacer ese cambio, no será fácil, tienes que cambiar muchas ideas, pero te aseguro que vale la pena.
En primera, toma tu tiempo, analiza tu entorno, prioriza en los pequeños cambios que si puedes hacer, apóyate en las personas que si comparten tu visión de cambio y que son pilares fuertes en tu relación (pareja, amigos, familia), en ocasión pueden ser las tres áreas y a veces solo una (tenlo presente y no importa, seguiremos trabajando en eso), refuerza tus valores, cuida tu salud, fortalece tu autoestima, ahorra, prevé sobre tu economía.
Y decide pensando en ti, no te apresures, puedes crear un plan, que te dé esa seguridad de avanzar, de crear el estilo de vida que te hace feliz y que te da la visión de dónde quieres llegar.
Si eres adolescente y estás sobreviviendo en casa, no estás solo. Busca en tu familia, comunidad e instituciones quien puede apoyarte en avanzar, siempre habrá soluciones, toman tiempo, pero no son imposibles.
Así que salta, no te quedes contemplando el abismo, puedes superarte, no te quedes esperando el cambio. Sé realista, sé positivo, sé valiente, pues siempre tendrás desafíos, pero estoy segura de que cada vez los resolverás con mayor optimismo y sin sobrevivir.
