Por Marco Aurelio Hernández Fonseca (*)
El 13 de julio en la ciudad de León inició una prueba piloto, en donde las autoridades municipales asignaron un carril exclusivo para bicicletas en una de las principales avenidas de la ciudad; el Bulevar Adolfo López Mateos. De acuerdo con las autoridades encargadas de llevar este proyecto la ciclovía iniciaría en el bulevar Francisco Villa y terminaría en el bulevar Campestre con una longitud de 6.4 kilómetros. Esta decisión ha sido sin duda un asunto público que ha dado mucho de qué hablar.
Muchos automovilistas se muestran inconformes debido a que, reducir un carril en la avenida antes mencionada, ha provocado mayor tráfico y más tiempo de traslado a los diferentes puntos de destino. Es preciso mencionar que soy ciclista y automovilista, y me ha tocado transitar en vehículo automotor en esta avenida principal con la nueva reducción del carril. Acepto que al principio es molesto, ya que la rapidez para transitar el bulevar, en vehículo, disminuye con la nueva ciclovía. Sin embargo, como usuario de bicicleta, también debo señalar que las medidas de seguridad que han tomado para el tránsito de los ciclistas, sin duda incentiva el uso de este como medio de transporte.
Adicionalmente, la Organización Mundial de la Salud en sus Medidas de Protección Básica para el COVID-19 señala que se debe de mantener un metro y tres pies de distancia para evitar el contagio, por lo que en el transporte público debido a la cantidad de aglomeraciones sería muy difícil atender esta recomendación básica, de acuerdo a los antecedentes en las grandes ciudades del mundo se han generado grandes focos de infección. Por ello, Los gobiernos de las principales ciudades en el mundo han adoptado estrategias de movilidad alternativas como son las ciclovías para disminuir los contagios en el transporte público. Ciudades como Londres, París, Budapest, Glasgow, Milán, así como algunas ciudades Latinoamericanas como; Bogotá, Río de Janeiro, Montevideo, Ciudad de México, Puebla, Monterrey y Guadalajara, han optado por implementar estrategias a través de dar espacios en las principales avenidas de las ciudades para que las personas se puedan trasladar en bicicleta.
¿Es una simple ocurrencia del gobierno de León haber habilitado un carril exclusivo para el tránsito de bicicletas? La respuesta es no, actualmente el porcentaje de personas que se desplazan en transporte público y en bicicleta es por mucho mayor que las personas que se trasladan en vehículo particular. Es egoísta pensar que el vehículo ocupa el primer lugar de importancia en la pirámide de la movilidad urbana de la ciudad. Aunado a ello, en la encuesta realizada a los usuarios que utilizan la bicicleta, formulada por el Instituto Municipal de Planeación de León (IMPLAN) a través del Instrumento: “Plan Maestro de Ciclovías de la Ciudad de León, Guanajuato”, se reconoce que ante la falta de una ciclovía por el bulevar Adolfo López Mateos se ven limitados para trasladarse por la ciudad y corren grandes riesgos para circular por la avenida, además de que en el documento los usuarios solicitan la ciclovía desde la carretera federal 45, a la altura de la Puerta del Milenio, siguiendo la ruta hasta conectar con el bulevar Adolfo López Mateos, y hasta concluir en el bulevar Juan Alonso de Torres.
Además de las grandes ventajas de prevención y reducción de contagios ante el COVID-19, que representa el uso de la bicicleta en el transporte público, las ciudades, inteligentes y de primer mundo, han apostado por cambiar los nuevos sistemas de movilidad. La lógica es sencilla, menos autos, más transporte público y más movilidad en bicicleta. Los beneficios son muchos, el primero y de los más importantes es que usar bicicleta como medio de transporte contribuye a una mejor salud en la población, mejorando la calidad de vida de las personas, también impacta directamente en las finanzas de los ciudadanos, además de mencionar que se ha demostrado que los comercios aledaños a las ciclovías se ven muy favorecidos ya que incrementa las ventas del comercio. Una ciudad con más ciclistas y menos autos, se vuelve más humana, menos contaminación, menos tráfico mayor resiliencia urbana y más cohesión social.
Las intenciones son buenas por las autoridades de la ciudad, pero como toda política pública, falta mucho por corregir, verificar, incentivar, promover y lo más importante, crear consciencia de que es un bien para la mayoría, para todos los leoneses.
* Licencado en Administración Pública por la Universidad de Guanajuato