Si hay pizzas y sombreros, todo mundo pensaría que se trata de una fiesta, pero en Sinaloa esto se ha convertido en una guerra de símbolos macabros y en cierto sentido irónicos; los Mayos dejan sombreros en las cabezas de sus víctimas y la “Cha-piza” deja pizzas con sus ejecutados.
El recuento hasta este fin de semana era el de unos 40 muertos y más de 20 desaparecidos de ambos bandos, más un elemento de la Sedena asesinado y otros cinco heridos.
Sin embargo, esta confrontación entre las mafias tiene secuelas y efectos principalmente entre la población del estado de Sinaloa, la conmoción en el país completo y la observación azorada a nivel internacional.
Ciudadanos víctimas colaterales, incendio de vehículos y fincas, economía afectada por los negocios cerrados, educación suspendida, “autotoques” de queda e indefensión en por lo menos 10 municipios aparte de Culiacán.
Pero la guerra no es del Estado contra la delincuencia organizada, es de los grupos antagónicos de los cárteles de Sinaloa cuya ascendencia son Joaquín “Chapo” Guzmán e Ismael “Mayo” Zambada, ambos detenidos y procesados en Estados Unidos.
Constitucionalmente, es la Federación quien tiene la facultad exclusiva de la lucha contra la delincuencia organizada sin que obste que otros órdenes de gobierno puedan intervenir, pero bajo la coordinación y mando de instancias federales.
Ya nos lo dijeron, el Estado no entra con todo su poderío “por la seguridad de la población” y en ello coinciden el presidente saliente López Obrador y la presidenta entrante Claudia Sheinbaum.
Tampoco se trata de hacerles la guerra directa a los grupos criminales sino a través de una estrategia de inteligencia en la que empiecen a debilitar sus estructuras, principalmente financieras, a través de la UIF y de las Unidades de Inteligencia operativa.
La Sedena y la Guardia Nacional han sido ahora víctimas colaterales, porque se interponen en el camino de los delincuentes, de ahí han provenido las confrontaciones.
Con la Reforma de la Guardia Nacional aprobada por el Congreso federal, esta corporación para a ser parte de la Secretaría de la Defensa Nacional y tendrá facultades de investigación, que es lo positivo y lo necesario.
Por lo pronto ya hubo una acción relevante de las fuerzas federales con la captura de Mario Alexander Gámez, “El Piyi”, jefe de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán, miembro de la “Chapizza”.
Los frentes de esta guerra no han sido solo en Sinaloa, ahora se extendió al estado de Morelos donde hubo 10 ejecutados en tres hechos distintos, pero en uno de estos con siete víctimas.
El riesgo es que la confrontación de los “Chapitos” contra los “Mayos” se extienda a otras entidades e incluso a otros países donde los dos cárteles tienen influencia y gente para ello.
¿Qué se puede hacer para que pueda terminar esta guerra de cárteles y la similar que se da entre grupos delictivos antagónicos en todo el país? Por lo pronto ya fue presentada la Estrategia de Seguridad de los Primeros 100 Días del entrante gobierno federal.
En este plan se tienen estrategias que todo el tiempo hemos propuesto y esperado los ciudadanos, principalmente inteligencia y coordinación entre los distintos órdenes de gobierno.
Hoy no se trata de partidos políticos, no se trata de intereses particulares, sino de la causa de un solo país que es México, sin distinciones clasistas o ideológicas, se trata de la fraternidad y la concordia de todos nosotros los mexicanos.
Los mexicanos no somos enemigos por preferencias o afinidades sociopolíticas, los mexicanos somos una identidad, una unidad, y el enemigo es el crimen que quiere apoderarse de todo el país.