Sexo con IA (Inteligencia Artifical)

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Hace algunos años, en una reunión social una persona le reclamó a un conocido que había llegado muy tarde a la cita, éste le dijo: no sabes de donde vengo y además muy contento, pues estuve con una mujer esplendorosa, me dijo que nunca había vito algo como lo mío, que era más que un tigre.

El amigo le dijo, esa prostituta ¿cuánto te cobro? En ese entonces le dijo el aludido: me cobró mil pesos, a lo que su amigo le dijo: yo sin ver nada y sin que me hagas nada por quinientos pesos te digo más cosas hermosas, ocasionando con su comentario las risas de todos los comensales.

Hemos escuchado muchas historias de hombres y siempre salta el “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

Hemos pasado de las prostitutas, de todo tipo y para todos los gustos, muchos que las sacan de trabajar y ahora son mujeres de sociedad, se ha transitado por las muñecas inflables (no se habla de muñecos inflables), se han publicitado montón de juguetes sexuales, tanto para hombres, para mujeres, para homosexuales, etc. y ahora se tiene a un robot sexual, con IA, por cierto, los primeros que se ven son con cara de mujer.

Recordemos que hay un principio Freudiano que dice: en toda relación sexual hay al menos tres. Los dos que tácitamente están más las fantasías de cada uno y lo que ambos se dicen explícitamente más las fantasías que se quieren escuchar, pero si hay paga de por medio, seguramente se escuchará maximizado lo que alcanza la paga.

Ese robot (así se le nombra, en masculino, aunque tenga cara de mujer) que está programado con IA, seguramente, habrá de responder lo que el de la paga quiera escuchar.

Las prostitutas y prostitutos, en las relaciones heterosexuales u homosexuales, parecen estar programados para decir lo que quiere escuchar el poder del dinero, no hay cariño, no hay amor, no hay ternura, todo lo que hay es un intercambio económico, con un contrato que, en la mayoría de las ocasiones, se cumple sin mayor problema.

Hoy no hablaré de lo desvalorados que están, hombres o mujeres que recurren a la prostitución, no hablo de quienes la ejercen, sino de quienes tiene que pagar por tener sexo.

Así, con la paga de por medio, con la prostituta o el prostituto, con la muñeca inflable y ahora con el robot con IA, no habrá reclamo, la prostituta, la muñeca o el robot, están programados para satisfacer, no para satisfacerse, eso sí importa con un ser humano, la satisfacción sexual de ambos.

Pero bueno, que cada uno decida y afronte las consecuencias de su osadía.