“No conozco nada en el mundo que tenga tanto poder como una palabra. A veces escribo una y la miro hasta que empieza a brillar”. Emily Dickinson
“El corazón humano es un pozo profundo de misterios. Amamos, odiamos, perdonamos y cometemos los mismos errores una y otra vez. Pero es a través de estas complejas emociones que encontramos el significado de nuestra existencia. Vivir es aprender a navegar por las aguas tormentosas del corazón, sin renunciar nunca a creer en la capacidad de sanar y volver a amar.” Fiódor Dostoievski
“Hay algo en el espíritu humano que sobrevivirá y prevalecerá, hay una pequeña y brillante luz ardiendo en el corazón del hombre que no se apagará sin importar cuán oscuro se vuelva el mundo”. León Tolstoi
“El presente está solo. La memoria erige el tiempo. Sucesión y engaño es la rutina del reloj…” Jorge Luis Borges
‘Eso es lo que soy, la persecución del viento”. Marguerite Duras
“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.” Jorge Luis Borges
“Todo en mí ha cambiado, pero soy más yo que nunca…” Jules G.
Sin duda alguna la vida se presenta como un todo que nos rebasa, nos define y nos contiene. La vida es poco menos que tranquila. Los hechos y los sucesos entre lo caótico y lo inesperado, la incertidumbre se hace permanente contradictoriamente.
El proyecto humano se enfrenta a la realidad socialmente construida. El miedo hace su parte y el temor se convierte en una de las emociones que recorren todos los días la toma de decisiones individuales y colectivas. Un mundo dominado por mercado capitalista que nos pone el tenor en este momento de perder los bienes humanos logrados o en la inviabilidad de contar con servicios de salud, de vivienda, de educación de calidad, de trabajo seguro y bien remunerado entre otros derechos humanos a la par de contar con los medios y los recursos para cubrir las necesidades básicas.
La vida humana ha encontrado posibilidades para seguir construyendo alternativas ante los retos, desafíos y problemas en donde la vida social se desarrolla. Lo real que es que los pendientes sociales asociados a la igualdad y a la equidad son temas por demás importantes en los cuales la sociedad y sus dimensiones sociales, políticas, culturales y económicas son parte de un tejido complejo que requiere ser atendido a la brevedad, más allá de los determinismos que nos auto imponemos para evitar pensar y sentir la realidad. La actual sociedad esta atrapada dentro del control mediático que hoy se experimenta de forma organizada para seguir usando el miedo, el temor, y la amenaza como forma de dominación social.
Las personas van encontrando en su realidad los caminos posibles para salir de los problemas y de sus circunstancias, a veces con costos muy altos, en la calidad vida, en la salud física y en la salud mental. Muchas veces cancelando sus aspiraciones, sus sueños y deseos. Está claro que ningún sistema político y su gobierno tiene las posibilidades en el corto y mediano plazo puedan crear las condiciones para ofrecer seguridad y la certeza de contar con las garantías mínimas vigencia y protección de los Derechos Humanos para todas y todos.
En ese proceso de buscar una salida a la realidad que oprime, que lastima y que domina, está la posibilidad de hacernos conscientes de la realidad misma. Ese tomar conciencia pasa por aceptar lo que somos y ubicar quienes somos. Se trata de comprender que la realidad humana es compleja, que esta cargada de muchas contradicciones, de incoherencias y en donde lo traumático, las violencias instaladas y normalizadas, de la gran tradición de los secretos familia, la negación de los abusos sexuales de las infancias y de las adolescencias, de las ausencias de los padres, de las dificultades para maternar y paternar con elementos para una educación emocional y de una crianza adecuada, y que ahora, solo es posible atender y entender los problemas humanos al permitirnos sentir y comprender de forma crítica de la realidad, para con ello poder pensar y actuar para transformar el contexto social.
Silvia Nelli, en este proceso de sentir la realidad nos dice: “Se aprende todo en la vida. Incluso las cosas más difíciles. Se aprende a sonreír cuando se pierde las ganas de hacerlo. Se aprende a llorar cuando por orgullo no se deja bajar las lágrimas. Se aprende a caminar cuando las decepciones nos detienen. Se aprende a correr cuando se quiere alcanzar los sueños y se aprende a elegir a quien llevar con nosotros y a quien dejar atrás.”
A ves nos cuesta darnos cuenta como dice lain S. Tomás se poder percibir la realidad: “Hay una especie de fuerza secreta. Vive en ti y nadie, ni siquiera tú, sabe que está ahí. Vive dentro de ti, esperando el día que se necesita, esperando la hora más oscura de la noche más oscura. Y entonces, cuando eres derrotado, cuando tu corazón está tan roto que no sabes si alguna vez puede volver a juntarse otra vez, susurra, “Hola. Tú no me conoces. Pero estoy aquí.””
Hoy ante la realidad humana y lo que implica sentir la realidad, que pasa muchas veces por el dolor, habría que tomar las palabras de Olga Tokarczuk en su discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura 2018 y apostar también por la ternura, por la empatía:
“La ternura es la forma más modesta de amor (…) Aparece donde miramos de cerca y con cuidado a otro ser, a algo que no es nuestro «yo». La ternura es espontánea y desinteresada; va mucho más allá del sentimiento de empatía. Es en cambio el compartir consciente, aunque quizás un poco melancólico, del destino común. La ternura es una profunda preocupación emocional por otro ser, su fragilidad, su naturaleza única y su falta de inmunidad al sufrimiento y los efectos del tiempo. La ternura percibe los lazos que nos conectan, las similitudes y la similitud entre nosotros. Es una forma de mirar que muestra al mundo como vivo, interconectado, cooperando y codependiente de sí mismo.”
En lo más humano, tenemos que dar cabida a las personas y su sentir, su manera en poder enfrentar la vida y esta de alguna manera la posibilidad de comprender la realidad humana para sentir la vida y para salir con nuevas respuestas que nos lleven a ser nuestra mejor versión y como escribió Francisco J. Zárate:
“Llegan días en que la calma aparece, cuando aprendes a soltar lo que no te pertenece. Dejas de rogar amor donde ya te dijeron que no hay, dejas de retener a quienes no quieren quedarse. Nos complicamos, nos volvemos necios, peleamos contra lo inevitable. A veces el destino, lejos de castigarte, simplemente te toma de la mano y redirige tu camino. Solo hay que entender que no siempre ganar es lo mejor; a veces soltarlo todo es la única forma de empezar de nuevo.”
“Vivir, pensar, mirar” nos dice Siri Hustved en el titulo de su libro y pasa sin duda alguna, también, por comprender lo que ella nos hace ver, ya que mucho de los hacemos y somos es porque: “lo que el cerebro hace es inconsciente, que la mayor parte de lo que procesan la memoria, la percepción y las emociones tiene lugar por debajo del nivel de la conciencia. Como bien sabía Freud, está escondido en lo más profundo de nuestro ser y, a veces, aflora.”
Sentir la realidad es vivir. Sentir la realidad es pensar críticamente, sentir la realidad es la posibilidad de amar y de vivir con otros y otras de forma que podamos intentar ser uno mismo, que en eso va la tarea de conocerse y de poder dar significado y un sentido a lo vivido de otras maneras. En esto de sentir la realidad se juega la vida entera.