Tenemos doce mil años como civilización, algo así como lo que somos hoy, algo muy parecido y seguimos en constantes cambios.
Sin duda alguna, el psicoanálisis nos ha ayudado a comprender las diferentes etapas por las cuales hemos transitado como humanos y seguro así, seguiremos entendiendo algunas cosas y otras seguirán siendo un misterio.
Lo que sí ha sido una constante es la capacidad de adaptación que, como humanos, hemos presentado. Seguro no fue tarea fácil la domesticación de los perros, los cuales, más que por hambre se acercaron a los grupos humanos y a lo largo del tiempo se desarrollo una especie de simbiosis perro-humano.
Tal cual fue con otros animales y claro está con los alimentos, que, si lo pensamos bien, la papa, como muchos otros, sufrió un largo proceso desde el momento en que se dieron cuenta que se podían comer, hasta nuestros días en que podemos gozar de unas ricas tortitas de papa, unas papas a la francesa o un puré de papa.
Claro está que las relaciones humanas también han pasado por un largo y muchas veces difícil proceso, para tener ahora los modelos de interacción social, con los diferentes tipos de familias y los diversos tipos de parejas, sanamente viviendo bajo un mismo techo.
Hay padres de familia que les cuesta trabajo aceptar que sus hijos tomas decisiones fuera de los cánones familiares, pero seguramente ellos también transgredieron el orden familiar y así mismo sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos, etc., y a todos le costó trabajo aceptar y cambiar los modelos vigentes.
Desde el punto de vista de la psicología, tenemos que hay una tendencia a repetir las estructuras a las que estuvimos sujetos, pero hay una tendencia al cambio y a las nuevas aventuras sociales, que son mas fáciles de llevar por quienes presentan mayor adaptación, mayor apertura. Sufre más el conservador que quiere que todo sea igual.
Ya no poder ser operativa una sociedad con tantas restricciones como la de nuestros abuelos, los jóvenes cada día participan más en los diferentes grupos sociales y cada día opinan más de la dinámica psicosocial, son participes y actores dinámicos que influyen en todos los ordenes y en todos los niveles.
Y es esa la juventud que requieren los acontecimientos diversos, una sociedad más participativa, más comprometida, más actuante, para tener una mejor forma de vivir y disfrutar cada momento.
