¿Se podrá hacer algo?

Arturo Mora

“…Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.

Sé el que aparte la estorbosa piedra del camino, sé el que aparte el odio entre los corazones y las dificultades del problema.

Existe la alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir…”

        Gabriela Mistral

«A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada y confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia».

                                                                                                                          Jane Austen

“Realmente, casi no es necesario que hagamos el bien. Lo que hace falta es que dejemos de hacer el mal”.

                                                                                                           Isaac Asimov

¿Y cómo vivir aquí al día, y cómo reconocer ahora lo que se siente, a la vez de ir desdibujando el futuro inmediato y a la vez aceptando el pasado de dónde venimos? Walt Whitman escribió: “Hay que mirar hacia adelante y lanzar las penas al viento; al fin y al cabo, no depende del exterior. La vida es como el tiempo, tienes que aceptarla tal como venga.” y ahí reside la posibilidad de cambiar lo que vendrá.

Paradójico, contradictorio es el vivir mismo. Devaneos, disparates y desatinos nos hacen trágicamente personas, junto con la realidad misma, que nos pone en situaciones límite y en situaciones propias de la vida: enfermedades, accidentes, discriminación, muerte, despidos, injusticias, violencias y agresiones a mujeres y niñas tanto institucionales como individuales, abandono familiar y exclusión social, amor y desamor. Las certezas son confirmaciones de lo vivido, la incertidumbre es el terreno incierto por el que se transita entre el riesgo y duda, entre el deseo y esperanza, que adquiere la forma del significado que le vamos dando a nuestra experiencia y que nos hace únicos e irrepetibles.

André Comte-Sponville, filósofo francés ha escrito: “El hombre sencillo no se toma en serio ni trágicamente. Sigue su camino con el corazón ligero y el alma en paz, sin meta, sin nostalgia, sin impaciencia. Su reino es el mundo y le basta. Su eternidad es el presente y lo colma. No tiene nada que demostrar, puesto que no quiere aparentar nada. Ni nada que buscar puesto que todo está ahí”. Pero, ¿cómo ser una persona sencilla? cuando la demanda impuesta por la sociedad de mercado condiciona la vida. Se necesita reconocer que la estructura social y económica sobre determina en gran medida lo que se puede llegar a ser. La oferta de la igualdad de oportunidades que se anuncia como un catecismo económico y social, cae en el abismo de una terrible y trágica realidad, en la cual se promueve la resignación, la sumisión y el conformismo, junto con la obligación sublimada y glorificada de un individualismo, en donde el consumo de lo insignificante, de lo innecesario es la condición para ser “admitido y reconocido” en el mundo que nos toca vivir.

Es un mundo en donde lo que se resalta es una existencia que premia moralmente el tener sobre el ser. No digo nada distinto a lo que han dicho ya otras voces, pero, lo cierto es que se torna cada vez desigual e injusto, y adquiere un sentido verdaderamente trágico, cuando la riqueza mundial se ha concentrado en cada vez menos manos, en el contexto de la pandemia y la pobreza adquiere dimensiones de desgracia, desdicha y miseria.

“Según se destaca en un estudio del World Inequality Report 2022 que mide las desigualdades sociales en el mundo, 10% de la población que se encuentra entre los más ricos del mundo concentra 76% de la riqueza que existe hoy a nivel global.

En contraste, la mitad los habitantes del planeta solo tienen 2% de la riqueza global, según resalta el informe internacional.

En cuanto a los ingresos, según se analiza en el estudio que estuvo liderado por los economistas Thomas Piketty, Gabriel Zucman y Emmanuel Saez, 10% de los más ricos en 2021 se quedaron con 52 % del total de ingresos, mientras la población 50% más pobre apenas logró conseguir 8,5%.

Además, el informe divide por regiones los lugares que concentran las mayores inequidades, entre las cuales, América Latina es la tercera región en el mundo con mayor desigualdad, solo por detrás del norte de África y Oriente Medio”. *

Una realidad que se busca justificar como un problema propio de la voluntad y de esfuerzo individual, en la que se omiten las condiciones y mecanismos de la organización social y económica en clase sociales, aunque se prescinda hablar de ello, por un falso escrúpulo incluyente, en donde las clases sociales son presentadas en el discurso político, económico y social como “población beneficiada”, como “personas en situación de calle”, como “personas con alguna carencia social “, como “personas que forman los sectores vulnerables de la sociedad”, como “población objetivo”.

Los pobres son daños colaterales para que exista el desarrollo y la riqueza para unos cuantos, y los miserables son desechables, en un mundo donde todo se convierte en mercancía, incluyendo a las personas que nada tienen. “De los pobres sabemos todo: en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, qué no creen…Solo falta saber por qué los pobres son pobres… ¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre nos da de comer? escribió Eduardo Galeano.

¿Qué se puede esperar? ¿Se podrá hacer algo? en un mundo en donde las posibilidades de tomar acciones que cambien la realidad humana, económica, política, social, cultural y ambiental, y con ello dar pauta para un nuevo proyecto civilizatorio, quedan en el olvido y en solo la proclama mediática de enunciados y de compromisos que no se cumplen, que no tienen responsables y en donde lo que más importa es sostener el modelo de producción capitalista y de acumulación de la riqueza, sin considerar a las personas y sus derechos humanos.

* https://www.larepublica.co/globoeconomia/la-poblacion-que-hace-parte-los-mas-ricos-del-mundo-concentran-76-de-la-riqueza-3293109#:~:text=Seg%C3%BAn%20se%20destaca%20en%20un,existe%20hoy%20a%20nivel%20global