Se cumplen 100 años del asesinato de Francisco Villa

Agencias, a 20 de julio de 2023.- Desde el oficialismo, se ha llevado a cabo una construcción histórica con el objetivo de exaltar ciertos personajes y establecer las bases del discurso nacional. Uno de estos personajes es Francisco Villa, cuyo papel al frente de la División del Norte es atribuido a gran parte de los logros de la Revolución Mexicana. Sin embargo, su personalidad y algunos acontecimientos en su vida han provocado un debate sobre si fue un héroe o un villano.

El 20 de julio de 1923, una noticia inesperada se propagó entre aquellos que conocían la historia del general revolucionario. Francisco Villa, conocido por su valentía en las batallas más memorables de la Revolución Mexicana, falleció tras ser víctima de un atentado en la ciudad de Parral, Chihuahua, mientras viajaba en su Dodge Brothers junto con miembros de su guardia personal.

Con su muerte, quienes lo conocieron comenzaron a tejer su leyenda, resaltando aspectos tanto positivos como negativos de su vida. Por un lado, se le elevó como un símbolo de la lucha popular por haber defendido los valores fundamentales que impulsaron el movimiento revolucionario. No obstante, por otro lado, también se destacaron las atrocidades que sus fuerzas militares habrían cometido durante la época de conflicto.

A pesar de que ha transcurrido un siglo desde su fallecimiento, la figura de Doroteo Arango, como se le conocía en su nacimiento, sigue siendo objeto de controversia. Se le menciona en consignas durante protestas sociales y su imagen aparece en camisetas, pero también hay personajes y líderes de opinión que se han esforzado en desmitificar su figura al recordar episodios que han cuestionado su estatus como héroe nacional.

En diciembre de 1915, se registra un pasaje documentado por investigadores y escritores como Paco Ignacio Taibo II y Friedrich Katz. En aquel momento, después de sufrir bajas en sus filas debido a un ataque en San Pedro de la Cueva, Sonora, que aparentemente fue perpetrado por los propios habitantes, Villa ordenó el fusilamiento de todos los hombres del pueblo.

Esta decisión tuvo como resultado la muerte de entre 70 y 100 personas en el paredón, según diversos registros, además de dejar a decenas de niños huérfanos. Además de este episodio, otros acontecimientos en los que sus soldados y él mismo se habrían visto involucrados en casos de violaciones, secuestros y asesinatos han sido resaltados por detractores del Centauro del Norte en tiempos actuales, con el fin de cuestionar la relevancia de su figura en la historia.

Uno de estos detractores es Sergio Sarmiento, quien, con motivo del 98 aniversario luctuoso de Villa, publicó un artículo en el periódico El Siglo de Torreón titulado “Villa, el asesino”, donde afirmó que “La historia oficial ha tratado de soslayar estos y otros crímenes (…) No, Villa no tiene nada de ejemplar. Fue un asesino y un violador”.

Aunque la postura de Sarmiento es compartida por otras figuras como Roberto Merino y Héctor Aguilar Camín, Guadalupe Villa Guerrero, doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), investigadora de la Revolución Mexicana y nieta del fundador del ejército de la División del Norte, sostiene que el debate sobre la relevancia del rebelde debe tomar en cuenta su contexto histórico y las diferentes versiones que han surgido a lo largo de los años.

“Me he encontrado con personas que simpatizan con Villa y otras que no, porque tuvieron experiencias amargas durante la Revolución Mexicana. Hay quienes están heridos por tradición familiar. Entonces, no necesariamente por acciones directas de Villa, sino por las acciones de las fuerzas villistas. En una revolución, ocurren situaciones muy amargas. La gente empobrece, la revolución da paso a esperanzas de venganza”, declaró en una entrevista con Infobae México.

Desde la iniciativa de Plutarco Elías Calles y con el antecedente del asesinato de Álvaro Obregón, se estableció el Partido Nacional Revolucionario (PNR) con el objetivo de canalizar la lucha armada a través de la institucionalización. En este contexto, la figura de Pancho Villa se convirtió en una de las más relevantes para construir el discurso revolucionario que buscaba otorgar identidad y legitimidad al nuevo proyecto.

Los historiadores oficiales exaltaron los eventos y el legado de Villa a través de su lucha revolucionaria, pero también hubo quienes se esforzaron por impedir que se consolidara como un héroe nacional, recordando las supuestas injusticias en las que estuvo involucrado. Esto llevó a la creación de una dicotomía entre lo positivo y lo negativo de su legado, una dualidad que persistió hasta mediados del siglo XX.

Según señala Villa Guerrero, parte del desprestigio que ha sufrido la figura del general a lo largo de los años tiene su origen en los medios de comunicación de esa época, así como en las historias negativas que se difundieron en periódicos de Estados Unidos.

“Alrededor de Villa se creó, no niego que haya habido hechos negativos, pero se forjó una leyenda negra que pesa mucho en la percepción histórica del personaje. Villa mismo lo describió en cuanto tuvo oportunidad. Los periódicos escribieron muchas mentiras sobre él. Hubo cosas que hizo, pero también hubo cosas que dijeron que hizo y no hizo. Los periódicos lo tildaron de bandido y asesino. Esas opiniones tuvieron un gran impacto en su imagen, pero es importante recordar que se encontraban en medio de una revolución, una guerra civil. Uno lucha por sobrevivir o matar”, rememoró.

En ese sentido, en lugar de intentar clasificar a Pancho Villa como un personaje completamente malvado o completamente virtuoso, la investigadora sugiere trascender el debate. Su propuesta consiste en analizar al general revolucionario en el convulso contexto histórico en el que vivió y aprender a apreciar los claroscuros que formaron su historia de vida.

La investigadora enfatizó que cuando Pancho Villa percibía traición o ingratitud, actuaba en consecuencia, pero ella, como historiadora, no se pronuncia sobre si era bueno o malo, ya que su rol es entender por qué ciertos acontecimientos sucedieron. Villa siempre actuó de acuerdo con sus convicciones.

En el curso “El Villismo y su legado”, organizado por el INAH y la Secretaría de Cultura, el titular del INAH, Diego Prieto Hernández, subrayó la importancia de una reflexión crítica en torno al villismo para cuestionar cómo los mexicanos recuerdan la Revolución y su significado en el presente.

Aunque los gobiernos federales priistas solían recordar a los héroes de la Revolución cada 20 de noviembre, con el ascenso del panismo, estas celebraciones pasaron a un segundo plano. Fue hasta la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que el discurso oficial volvió a dar relevancia a diversos personajes, incluyendo a Pancho Villa.

La relevancia de Villa llegó a su punto más alto en 2023, año en que se declaró oficialmente como el “Año de Francisco Villa” en conmemoración de su centenario luctuoso. Este reconocimiento oficial es significativo, según la investigadora. Sin embargo, más allá del discurso gubernamental, la figura de Villa sigue siendo relevante como símbolo de identidad popular.

La investigadora destaca que Villa era una figura sencilla, sin alhajas ni lujos en su atuendo, lo que lo hacía cercano y reconocible para la población menos privilegiada. Su legado perdura porque la gente del pueblo de México se identifica con él, ya que nació en la pobreza, sufrió carencias y padeció injusticias, aspectos que aún no han sido superados en el país.