Scream: la sátira, la nostalgia y el terror reviven la franquicia

Scream: la sátira, la nostalgia y el terror reviven la franquicia
Scream: la sátira, la nostalgia y el terror reviven la franquicia. Fuente: Especial

Agencias.- Ghostface vuelve con sed de venganza. La quinta entrega de la franquicia de “Scream” tiene su estreno mundial este 13 de enero, trayendo de vuelta los elementos que hicieron triunfar a la icónica película de 1996.

Más de dos décadas han pasado desde su primera aparición en la pantalla. Desde entonces, la cinta ha logrado cultivar un generoso grupo de seguidores que han creado un culto alrededor de la trama, los personajes y el famoso asesino vestido de negro con la máscara blanca: Ghostface.

Estamos frente a la llegada de la extensión de una franquicia que, para satisfacer a los seguidores, ha tenido que valerse de elementos como la nostalgia, parte del casting original y la esencia del terror que provocó en su momento Wes Craven para lograr la aceptación.

La quinta entrega de “Scream” se arraiga en sus orígenes para mostrar la llegada de un nuevo universo del que nunca podrá escapar de lo que ha dejado grabado durante los años. ¿Logro superado? Un no, sin duda, sería desafortunado. Supongamos que el equilibrio de elementos da una esperanza a su regreso.

Lucrando con la nostalgia

Uno de los principales aciertos, que los seguidores de la franquicia agradecen, es poder ver en esta nueva entrega a los actores emblemáticos de las primeras cintas.

Neve Campbell, David Arquette y Courteney Cox resurgen desde distintas posiciones para ser parte de la trama. El solo hecho de tenerlos asegura ya interés. El problema es el cómo. A lo largo de la cinta se ve como cada uno de ellos se integra, pero su estabilidad peligra cuando el deseo es querer que tomen protagónico a sus ahora secundarias participaciones.

Su participación en esta cinta se convierte en un recurso, una herramienta que bien o mal, funciona. Además de ellos, la cinta está cargada de elementos llenos nostálgicos que se desprenden de las anteriores cintas, un recurso explorado con anterioridad y que se sabe, como se ha visto con otras películas, es parte de una fórmula que acierta.

Un capítulo conocido

Para que la trama no se sienta fuera de sí, pero que también brinde la posibilidad de ampliar el universo, los creadores utilizaron la llegada de nuevos personajes que estuvieran íntimamente relacionados con algunos de las películas pasadas.

Tras el paso de los años, los asesinatos vuelven a Woodsboro. La joven protagonista, papel interpretado por la mexicana Melissa Barrera, regresa al pueblo para retomar una vida que dejó. Su hermana es una de las víctimas de Ghostface, quien debido a su estrecha relación con el primer asesino, las pone en la mira.

Después de plantear estos elementos la historia intenta fluir a base de la sátira y la autocrítica. El escenario es desmembrado a través de un amplio ejercicio de análisis sobre el legado de la cinta.

Aunque parece una carga de información, los personajes nos dejan claro cómo cada elemento de la trama, como los personajes y situaciones, tienen un por qué si seguimos las reglas que las cintas de terror nos han dejado. Después de la catedra, cada suceso pierde cierta gracia.

Aún así se desea llegar al próximo acto para conocer lo que entre destellos, se espera.

Redefinición del terror

“Scream” replica —intenta— traer el humor repleto de sátira que caracterizó a la primera, pero se pierde en el elemento del terror y suspenso. Escribe su llegada en una hoja con anteriores anotaciones.

Se pierde en un elemento que había logrado equilibrar en la primera cinta. En la más reciente versión de “Scream”, el terror parece ser solo un ingrediente incidental, incluso, el suspenso, es alterado para hacernos creer que existe ante la obviedad.

Todo indica que ese terror ahora es reemplazado por más escenas sangrientas, con violencia al por mayor como un elemento diferenciador ante sus anteriores. No se limita, si hay puñaladas, habrá sangre, y mucha.

“Scream” no viene a salvar el género del terror, no viene a reinventar un clásico y tampoco creo que lo quiera; tal vez allí yace su acierto. La cinta se plantea entonces como la posibilidad de revivir dignamente un clásico, algo en lo que han fallado muchos remakes y reboots.

Cumplir a los seguidores queda entonces como parte de este capítulo. Humor negro, comedia, violencia, sátira, viejos conocidos y nuevos por conocer, ¿Qué podría salir mal en la más reciente cinta de Scream?. Hay que tener en cuenta que, hasta en las películas de terror más alternativas, hay reglas preestablecidas: solo basta seguirlas.