Sandra Pedroza: la voz feminista en la Legislatura de Guanajuato

En Guanajuato en el tiempo de las mujeres el acceso a los derechos para todas sigue siendo una de las principales contradicciones cuando se pretende enarbolar a un estado democrático y progresista. La despenalización del aborto ha sido uno de los temas más controvertidos. Sí es el Guanajuato de las muertas recuperando a Jorge Ibargüengoitia.

En este contexto, la figura de Sandra Pedroza Orozco, politóloga diputada local, ha emergido como una voz clave en la lucha por la despenalización del aborto. Lo hace desde las estrategias de la argumentación y la determinación. En el llamado tiempo de las mujeres, la llegada de perfiles como el de Sandra resulta esperanzadora.

Una mujer que camina acreditando sus logros importantes, no por su edad, sino por su concentración en la defensa de sus agendas. Eliminar defensas edadistas es un mérito que también le reconozco; hace bien en no señalar su juventud como la causa de sus logros.

Su consistencia y afanes por la despenalización del aborto en Guanajuato le han dado resultados favorables a un año de su integración a la legislatura, como una de las mujeres más jóvenes y con el mérito de una corta curva de aprendizaje. A diferencia de otras legisladoras con las que comparte espacio, ella no había desempeñado cargos de representación previos.

Mujer concentrada, es evidente su capacidad para aprender y escuchar. No son virtudes menores en escenarios políticos donde se ha naturalizado la improvisación y se ha abaratado la obligatoriedad de documentarse con rigor previo al hacer uso de la tribuna. Luego de que en mayo pasado se perdiera la oportunidad de lograr la despenalización hasta las 12 semanas de gestación por el desafortunado voto en contra de la legisladora Itzel Mendo, colectivas y organizaciones no han cesado en buscar y hacer rutas. No pararán; una característica que distingue al movimiento feminista es su capacidad insistencialista.

Sandra Pedroza ha incidido donde le corresponde y lo ha hecho bien. Usa la tribuna con inteligencia; en sus exposiciones destacan posiciones jurídicas y científicas. Se asume feminista; es una feminista ilustrada, en palabras de Marcela Lagarde; se ha ocupado en estudiar la teoría, y se le nota. Porta el pañuelo verde con la consciencia de sus alcances y contenidos; bien podría no portarlo, y su discurso la delataría. Su feminismo es político.

El pasado lunes, nuevamente en compañía de integrantes de colectivas, presentó otra iniciativa para despenalizar el aborto en Guanajuato. El nuevo proyecto contempla aumentar las sanciones al aborto forzado y la eliminación propuesta de qué sea el estado a través de la Secretaría de salud, quien preste el servicio de interrupción de manera gratuita y obligatoria.

Nuevamente van juntas, cada una desde su posición. Una colectividad que fortalece la individualidad de mujeres que están colocadas en distintos espacios de poder. Allá van derechas por los derechos; no inician de cero. Su camino ha sido de avances paulatinos; no hay pausas.

Saben que el camino es cuesta arriba; no les es desconocido; son expertas en rutas de alta complejidad. Ser optimistas no las hace ingenuas.Lo mismo toparán a su paso voces antiderechos que legisladoras dubitativas.

Ya saben de los votos en contra del PAN y de sus nuevas alianzas; ayer verde, mañana pueden ser tricolor. En un ejercicio de valiosa circularidad, el día de la presentación hubo una rueda de prensa donde varias hicieron uso de la voz, de su voz. Sandra sabe el poder que tiene para abrir ese Congreso impenetrable para las causas de las mujeres; ella es la anfitriona y garantiza los espacios para otras.

En este primer año legislativo, no veo ejercicios de alianzas parecidos al que han provocado Sandra y las colectivas. No distingo a otras mujeres legisladoras haciendo esas alianzas simétricas con otras mujeres, promoviendo el apropiamiento de un espacio que nos debe pertenecer a todas. Porque no es necesario que hablen por nosotras, pudiendo generar las condiciones para que las voces sean escuchadas.

Desde esta lectura, las feministas y la legisladora Pedroza Orozco no solo están litigando la despenalización; al hacerlo, están dando cátedra al resto de las y los integrantes de la legislatura respecto a un ejercicio legislativo democrático e inclusivo. ¡Estos sí son los tiempos de las mujeres!, no patrañas.