Sale de prisión el “Góber Precioso” Mario Marín

Guanajuato, Gto., 14 de agosto de 2024.- El exgobernador mexicano de Puebla (2005-2011) Mario Marín, acusado de ordenar la tortura de la periodista Lydia Cacho tras revelar ella una red de pederastia que lo involucró, salió este miércoles de la cárcel para estar ahora en arresto domiciliario.

Medios locales de Puebla captaron al exmandatario del exhegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegar a su casa en el municipio de Xilotzingo escoltado por la Guardia Nacional tras haber estado cuatro años en el Centro Federal de Readaptación Social 1, conocido como El Altiplano, en el Estado de México.

Cacho, quien huyó de México por temor a represalias, denunció el sábado que la jueza Angélica Ortuño Suárez, en el estado de Quintana Roo, ordenó excarcelar a Marín porque la Fiscalía General de la República (FGR) no acreditó la necesidad de mantenerlo en prisión en lo que concluye su juicio.

“No ha sido exonerado Mario Marín, sin embargo es un preso peligroso para mí, para mis testigos y mi familia”, advirtió la periodista tras la orden de la jueza.

El caso de Cacho es uno de los más emblemáticos sobre las agresiones a la prensa en México.

La periodista publicó en 2004 “Los demonios del Edén”, un libro que denunció una mafia de pederastia en México y la explotación comercial del sexo con menores de edad, lo que provocó que la policía la torturara y secuestrara durante 48 horas bajo supuestas órdenes de Marín.

El pasado 7 de agosto, Hugo Adolfo Karam, excomandante de la Policía en Puebla y otro de los nombres que emergió tras el descubrimiento revelado por Cacho también salió del penal de Cancún, en el sureste mexicano bajo la misma figura que Marín.

Otro de los nombres que sobresalieron de su libro es el de Succar Kuri, condenado a 94 años por delitos de pederastia y pornografía infantil y corrupción de menores, y quien falleció en junio pasado.

El apodo de “Góber Precioso” proviene de una conversación telefónica que fue grabada y difundida, en la que Kamel Nacif agradece a Mario Marín por haber arrestado a Lydia Cacho de manera irregular, presuntamente en represalia por la publicación de su libro. En la conversación, Kamel Nacif se refiere a Marín como “mi góber precioso”, una expresión que rápidamente se popularizó.