Cuando hablamos de obesidad, dislipidemia, hipertensión, hiperglucemia, tabaquismo y sedentarismo automáticamente pensamos en síndrome metabólico o en factores de riesgo cardiovascular y también los asociamos a adultos, incluso los programas de salud pública que están orientados a la prevención y control del riesgo cardiovascular solo incluyen estrategias y actividades para mayores de 20 años.
Sin embargo, desde hace algunas décadas, la prevalencia de estos factores ha aumentado en la edad pediátrica. La prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población de 5 a 11 años en México según la ENSANUT 2018 es de 35.6%, un punto porcentual mayor a lo reportado en el 2006 (34.8%); y la proporción es mayor en la población urbana (18.4% sobrepeso, 19.5% obesidad) que en la rural (17.4 % sobrepeso y 12.3% obesidad).
Para la población de 12 a 19 años la prevalencia total es de 35.8%, la de sobrepeso es de 23.8% y la de obesidad 14.6%, pero llama la atención que en las mujeres la prevalencia es de 41%.
Las entidades con porcentajes más altos son Veracruz, Quintana Roo, Colima, Sonora y Tabasco con prevalencias entre 19.9% y 24.9%.
Desafortunadamente pensar que al llegar a la adultez estos niños ya no tendrán esos factores de riesgo es impensable, ya que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los mayores de 20 es de 75.2%.
Los sistemas de vigilancia epidemiológica en México no permiten el registro de estos factores de manera sistemática en menores de 20 años. En el caso de la hipertensión arterial el sistema de vigilancia epidemiológica en México solo permite el registro a partir de los 20 años, lo que no nos deja conocer cómo se ha comportado la incidencia en la edad pediátrica.
En el año 2020 la incidencia de diabetes mellitus tipo II es de 1.91 por 100 mil habitantes mayores de 10 años en los niños de 10 a 14 años y de 6.25 por 100 mil habitantes mayores de 10 años entre los de 15 a 19 años.
El porcentaje de consumo de tabaco en la población de 10 a 19 años fue de 5.1% según la ENSANUT 2018, y la entidad federativa con mayor proporción fue Guanajuato con 9.5%., para la ENSANUT 2020 la prevalencia bajó a 4.7% a nivel nacional.
El sedentarismo y la dislipidemia no se miden de manera sistemática.
La mortalidad por infarto agudo del miocardio en los menores de 20 años ha ido en aumento en México como se muestra en la siguiente gráfica. En el año 2019 la tasa de mortalidad fue de 0.83 por 100 mil habitantes.
Tenemos grandes retos para el control de enfermedades que se generan por estos riesgos, desde fomentar factores protectores en la edad gestacional, hasta diseñar instrumentos de medición como calculadoras o crear curvas de normalidad para nuestra población, también replantear el alcance de los sistemas de vigilancia y de las encuestas para contar con información oportuna para la toma de decisiones en salud pública.
