Diversos analistas políticos del estado de Guanajuato coinciden en que, tras los resultados de la revocación de mandato del pasado domingo 10 de abril, hay un grupo que se fortalece y otro que se desdibuja en morena del estado.
Como todos saben, tras la aplastante derrota sufrida en las pasadas elecciones de 2021 con un doloroso 3 a 1, Ricardo Sheffield Padilla parecía estar fuera de toda posibilidad de regresar a Palacio, y mucho menos de ser el próximo ungido con la candidatura a gobernador de morena en Guanajuato.
Sin embargo, su regreso a las mañaneras causó sorpresa y generó todas las especulaciones posibles, volviendo a las andadas de afirmar que él era el bueno. Incluso, mediante entrevistas pagadas en medios nacionales, volvía a gritar a los cuatro vientos que él volvería a ser candidato a gobernador. Y hubo quienes creímos que si, que como el Ave Fénix, Ricardo se regeneraría de sus propias cenizas.
Se le vio muy activo recorriendo el estado tejiendo alianzas, principalmente con ex panistas y priístas, así como con las senadoras Malú Mícher y Guadalupe Vazquez Alatorre.
Y la profecía se hizo realidad cuando, flanqueado por Adán Augusto López y Rosa Isela Rodríguez, secretarios de gobernación y seguridad ciudadana respectivamente, Sheffield era nombrado, por indicaciones de AMLO, como responsable de la revocación de mandato en esta entidad. Había vuelto.
Si embargo, la ausencia de los tres alcaldes de morena en Guanajuato durante dicha presentación mostró la división que desde siempre se ha vivido en dicho partido, y más porque a dichos alcaldes se les vincula al grupo que encabeza Ernesto Prieto Ortega, director general del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, y de quien se rumora, también busca el favor de su amigo AMLO para lograr la candidatura a la gubernatura del estado.
A pesar de ello, la publicidad de los resultados y la batalla por demostrar el músculo, obligaron a ambos grupos a organizarse y aceitar las maquinarias.
Desafortunadamente, desde muy temprano, antes de las 11 horas del día de la revocación de mandato, el Ave Fénix declaraba derrotado que la maquinaria azul había intervenido en la elección, especialmente en el municipio donde “menos quieren al presidente”, su natal León.
Dichas declaraciones anunciaban de manera prematura, que el Sheffieldismo había sido humillado una vez más, y quizás ahora si, derrotado de manera definitiva.
Quienes lo conocen, señalan que el presidente López Obrador, gusta de mover sus piezas y analizar reacciones, azuzando las rivalidades y dejando que cada quién resbale con su propia inercia.
Ricardo Sheffield no puede alegar que no tuvo la oportunidad de demostrar su fuerza, la tuvo como candidato a gobernador, la tuvo como candidato a presidente municipal de León, y finalmente como responsable de una operación que no fue tan baja gracias al trabajo de las bases y del grupo de los Prieto, quienes coronaron a su ciudad natal Salamanca, como el bastión de morena en Guanajuato.
Los números de la participación hablan por sí solos: los Prieto con su 15% en Salamanca, frente al 7.7% del sheffieldismo en León, pintan de cuerpo entero a ambos combatientes.
Decía Sheffield que la tercera era la vencida, y la tercera lo venció.
Y aunque el presidente se mostró contento con haber ganado Guanajuato por primera vez, lo hace sabiendo que uno de los corredores ya fue descartado, y que quizás ahora, le tocara a líder de los Prieto, Ernesto Prieto Ortega, hacer la faena para, ahora si, ganar Guanajuato como el presidente siempre lo ha soñado.
