AGENCIAS.- El pueblo mágico de Mineral de Pozos recibió inversiones por más de mil millones de pesos, de los cuales 80 millones servirán para restaurar su Centro de Artes, que se convertirá en uno de los más grandes a nivel mundial, con una extensión de seis mil metros cuadrados de construcción.
Ana Azuela, directora del Centro, dijo que es un orgullo para México y para el estado de Guanajuato contar con este complejo de clase mundial que contiene museo y edificios para talleres, que le permiten ser un baluarte para el sector cultural del país.
Así, más de 24 talleres entre ellos de pintura, fotografía y escultura, serán impartidos en la nueva Escuela de Artes que será uno de los atractivos principales de esta localidad que ha llamado la atención de los extranjeros, pues cada vez más estadunidenses llegan a residir a Mineral de Pozos.
El Centro de Artes se creó a partir de la restauración de la Escuela Modelo que fuera una obra de Porfirio Díaz, inaugurada en 1867 y de acuerdo con las directrices del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que estuvo al pendiente de los trabajos, se conservan características de la arquitectura local como el uso de piedra caliche y la estructura original.
Azuela destacó que hay muchas leyendas que también llaman la atención, como la aparición de una extraña niebla en la madrugada, y que los habitantes del lugar dicen ver en ella las siluetas de los mineros que murieron en las inundaciones de las minas.
Por su parte, Daniel Esquenazi, de la Asociación Civil “Señores de Pozos”, destacó que se destinaron alrededor de 80 millones de pesos, tanto de origen público como privado, para el rescate de un conjunto de edificios de seis mil metros cuadrados de construcción.
Mineral de Pozos, originalmente llamada Ciudad Porfirio Díaz, fue un pueblo minero de plata y mercurio, entre otros minerales, que tuvo su auge a fínales del siglo XIX y principios del XX, y que llegó a tener más de 50 mil habitantes, describió Esquenazi.
Había más de 200 minas interconectadas que sufrieron una inundación donde murieron muchos trabajadores y con la inutilización de las mismas y la llegada de la Revolución, el lugar fue abandonado, por lo que se convirtió en un “pueblo fantasma”.
Hace seis años, un grupo de inversionistas, a través de la asociación Señores de Pozos y los ejidatarios del lugar, hicieron sinergia y convirtieron los ejidos en propiedad privada para poder donar la Escuela Modelo al gobierno de Guanajuato.
Azuela destacó que los más de 24 talleres y exposiciones del Centro de Artes dan vida a la actividad cultural de la región y del país, pues se trata de uno de los centros más grandes y modernos de su tipo, no solo en México sino a nivel mundial.
Además, se convertirá en un “laboratorio de ideas”, pues se proyecta que exista el Diplomado de Museografía dirigido a profesionales de la cultura, además de exposiciones como la de la historia local en la lente de Antonio Turok, quien integró una serie fotográfica para captar el espíritu del pueblo.