Desde el inicio de la pandemia hubo muchos comentarios y de todo tipo, pero algo que hay que destacar es lo referente a la dinámica de las relaciones de las parejas y aquí hay que englobar a todas las parejas y todos los tipos de parejas que hay hoy en día, a todas las gamas que existen en nuestra sociedad.
No es el tema para entrar en lo bueno o lo malo, lo correcto o lo incorrecto, el tema es sobre la dinámica que las parejas han experimentado a lo largo de estos meses.
Según los datos que publican los diversos medios de comunicación, han aumentado los divorcios en estos meses de pandemia. Eso es lo oficial, pero es un hecho que los conflictos han aumentado en estos meses.
Dejemos en claro: No se han generado por la pandemia, por el encierro o por estar más tiempo juntos. Dichos conflictos de pareja ya existían desde antes, la pandemia sólo los puso más de manifiesto, ya que el estar más tiempo juntos dejó en evidencia lo separado que están, lo lejos que han permanecido, lo distantes que, seguramente, ha sido la dinámica de una relación fallida.
Así como las relaciones se solidifican y creen a diario, poco a poco, con la interacción del día a día, así mismo las relaciones se van deteriorando poco a poco, casi de manera imperceptible, hasta que un evento o un acontecimiento pone de manifiesto lo que ambas partes ya intuían y la pandemia solamente los enfrentó con su realidad: una relación rota, deteriorada, fragmentada.
Dicha relación, seguramente con el día a día fue perdiendo el encanto, el glamur, el gusto por la pareja, poco a poco se distanciaron de las cosas en común, de los gustos, de las avenencias y de las desavenencias, de las cosas que se dan a diario en las relaciones y que logran consolidar a las parejas. Todo eso, seguramente fue carcomiendo la relación con el tiempo y ahora se ha puesto en evidencia.
No hay que echarle la culpa a la pandemia. Seguramente disfrutaban más la compañía de los amigos y las amigas, seguramente disfrutaban más el estar en el trabajo, seguramente ya estaban hartos de la dinámica del hogar, que, seguramente no era un hogar desde hace un buen tiempo, sino solamente un espacio común con cosas comunes que los enfrentaban con el hastío de estar juntos bajo un mismo techo.
La pandemia no ha roto nada, dichas relaciones ya estaban rotas. Ahora solo hay que ver como se hacen menos daño para transitar a una vida separados.
