Parece que va por buen rumbo la relación con Estados Unidos en materia de entendimiento respecto a la pretendida Reforma Eléctrica, luego de las contradictorias declaraciones del Embajador de EU, Ken Salazar.
La visita de John Kerry, comisionado del país vecino para el Cambio Climático, quedó en un acuerdo para formar un grupo de seguimiento sobre la generación de energías limpias. Según Ebrard, todo bien en la visita del funcionario y el encuentro con el Presidente de la República.
Quienes conocen el Nuevo Esquema del Sistema Eléctrico Nacional (así se puede goglear), propuesto para la reforma constitucional, quedan tranquilos porque la exposición nos dice que lo que se busca es retomar la rectoría de nuestra propia generación energética.
Se busca una modificación a los artículos 25, 27 y 28 Constitucionales para que no solo la producción y distribución de la energía eléctrica, sino que minerales radioactivos, como el litio y demás minerales estratégicos; generación de energía nuclear y la exploración y extracción del petróleo sean retomados por el Estado mexicano.
Aquí no se trata de contraponer ideas sociopolíticas, sino de que nuestra Nación, como incluso lo hacen países desarrollados del mundo, tenga el control de sus energías, como sectores para la seguridad nacional.
Muchos líderes de opinión se han convencido de los aspectos positivos de la Reforma cuando la conocen, así lo dijo el mismísimo Joaquín López Dóriga, en su noticiario de Radio Fórmula, y comentó que en un foro de discusión muchos que la atacaban ni siquiera conocían la propuesta.
Cuando se trata de defender la soberanía nacional, hasta el propio “Jefe Diego“, ha expresado el respaldo al Gobierno federal, tal fue el caso del momento en que Estados Unidos (Donald Trump) declaró que mandaría fuerzas a combatir a los grupos del narco.
Retomando la Reforma, por ejemplo, no es verdad que se busque cancelar la inversión privada, sino que el Estado produzca el 54% y los particulares el otro 46%. En este momento, debido a que la CFE tiene que comprarles energía a empresas privadas, la infraestructura de la Comisión se subutiliza a la mitad.
La anterior Reforma Energética no sólo abrió la participación privada, sino que se aprovechó para hacer los grandes negocios de sus vidas, a mucha gente del gobierno.
Cómo ejemplo están los casos de Odebrecht, Iberdrola y Repsol, además de someter a la CFE y al Gobierno federal a financiar y comprar energía a particulares, amén de otorgarles incentivos como los certificados de energías limpias (CEL), que son para particulares, pero no para la Comisión.
De acuerdo a la exposición del Nuevo Esquema del Sistema Eléctrico Nacional, también lo que se pretende es retomar la soberanía en cuanto a la explotación del litio, que a la facha lo hacen empresas de otros países bajo convenios en que México sale perdiendo y únicamente ganaron los políticos que les dieron entrada.
Datos del Estado expuestos en el Nuevo Esquema, indican que, de 70 contratos con empresas extranjeras, únicamente dos están dentro de la ley.
Otro mito de la buscada Reforma es que privilegia la generación de electricidad con carbón y en realidad esta opción es la última en la lista, donde los en los primeros sitios están la hidroeléctrica, la nuclear y la geotérmica, que son de las más limpias.
La difusión del Nuevo Esquema se está haciendo a través del sistema de Parlamento Abierto para que no solo los legisladores, sino que otros particulares, expertos o no, puedan conocerla, debatirla y proponer.
Lo que se determine al final del día en el plano legislativo, deberá ser lo que me convenga a la Nación y no nada más a los grupos políticos.
Aunque la relación con la Unión Americana parece retomar un buen camino, tras los acuerdos con su representante John Kerry, el interés de los ciudadanos debe mantenerse y ser participativo, porque nos jugamos nuestro futuro energético y de sustentabilidad.
Ya hemos platicado que el cambio climático, manifestado en el calentamiento global, no es un cuento, no es un mito, sino una realidad que ya nos afecta en nuestra vida diaria.